Snake Dog IPA

El becario es muy fan de la cervecería “Flying dog”, sobre todo por sus etiquetas de Ralph Steadman, ya que la verdad es que no tiene ni idea de a qué saben, porque nunca le hemos dejado probarlas. Normalmente, hacemos lo siguiente: las catamos delante de él mientras balbucea juramentos incoherentes.

Esta vez tocaba la Snake Dog IPA, que servida con cuidado genera una espuma muy densa, pero que desaparece por segundos. El color es anaranjado, ligeramente ambarino, y sin ninguna turbiedad (como por lo que dicen somos mejores que el resto, podemos emplear palabras pedantes). Una clara serie de burbujillas nos anuncian ya su alta carbonatación.

En cuanto procedemos a arrimarla a nuestra pituitaria, nos llega el olor poderoso de los lúpulos que oculta cualquier otro aroma. A estas alturas, el becario suele estar babeando e intentando alcanzar el vaso (de pinta) con sus roñosas uñas. Nosotros, impasible el ademán, procedemos a probarla. Sabor refrescante, lupulizado, con regusto cítrico, y sobre todo se nota el picor en lengua, pues es bastante carbónica.

Como la mayoría de IPAs, conviene acompañarla de comidas con sabores fuertes, coloniales, ya que tu lengua estará protegida por el amargor del lúpulo. ¡Ah! no descuidar tampoco que tiene 7,1% ABV, así que todos esos que la tomen sin acompañar, que se anden con ojo.

“Mi opinión en un Tweet:” Una IPA sin sustos y equilibrada. Nota: Notable.

PD: Para los que se pregunten cómo está el becario a estas alturas: a veces se hace rasguños de arañar las paredes y el suelo y entonces le rociamos con alguna IPA fuerte, jajajaja, ¡le escuece! La amargura de esta cerveza (60 IBUs) llega hasta aquí y nos convierte en malas personas.

2 comentarios:

  1. La maridé con una hamburguesa a tope de jalapeño. Con cada bocado de hamburguesa mentaba a todos los santos, pero con un sorbito se me pasaba.

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    1. Cerveza muy sabrosa y aromatica que compensa muy bien el amargor. Sin duda la volvería a pedir.

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