Si llevabamos el mes anterior hablando todo de cerveza local, ahora nos vamos a comentar una cerveza de Islandia, y la fábrica se encuentra a menos de 100 kilómetros del Círculo Polar Ártico, ahí es nada.
En un pueblo pesquero llamado Akureyri, donde (según los argumentos de venta de la propia web, ojo) el agua que usan es de lluvia y de glaciares prehistóricos que baja por la montaña Hlidarfjall y la filtran sus campos de lava. ¿Se notará eso en la cerveza?
El color es ámbar anaranjado, profundo. Y la espuma es blanco roto, no muy abundante, de persistencia media. Huele refrescante, pero no se nota especialmente el “triple lupulado” de Hallertauer Tradition, Northern Brewer y Cascade. Huele más como la típica Lager, así que se queda en los primeros.
El sabor es amargo y un poco seco, pero sin destacar tampoco más que un poco de lúpulo cítrico. Tiene más presencia la malta, en forma de grano, paja y un poco de frutos secos. El cuerpo y la carbonatación al menos invitan a beber.
Porque por lo demás, si no, esta Pale Ale que debe ser nórdica de espíritu no tiene ni chicha ni limoná. Y sus 5,6% ABV tampoco calientan lo que calienta un edredón, ni refresca como refresca una noche de un mes.
“Mi opinión en un Tweet:” Si te gusta completar colecciones de países, vale lo que pagas. Nota: Suficiente.
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