Es curioso como cosas que hace unos años habríamos dicho que no es una IPA (por mucho que lleve todos los lúpulos que toca: Nugget, Centennial, Amarillo, Cascade, Mosaic y Citra) ya que se queda corta de alcohol y amargor (5% ABV y 30 IBUs), hoy nos recuerda más a lo que era entonces una IPA que las actuales.
Es más, al servirla pensamos que hace bastante que no veíamos una IPA tan limpia y transparente, rubia (dorada levemente ambarina) y con espuma blanca no muy abundante pero con buena persistencia. El aspecto es amable para cualquiera que se la enfrente.
El aroma a lúpulo no es muy fuerte (también es verdad que en un par de ocasiones que la hemos encontrado, estaba tirando a justa de fecha, pero eso no debería ser excusa) pero tiene presencia cítrica y un poco a pino. Aunque también a galleta.
En la boca resulta amarga, aunque lo justo para romper con suavidad el equilibrio con su cuerpo maltoso donde sí que puede recordar a la American IPA que pretende ser, aunque en pequeño. Y tampoco impide que sea de trago largo y agradecido.
Ya solo nos queda hablar un poco de la marca, quizá una de las cerveceras irlandesas más reconocidas en nuestro país (tras Guinness u O'Hara's) pese a ser una cervecera artesana independiente cuya carrera comenzó a finales del siglo pasado (1983), o sea bastante joven.
“Mi opinión en un Tweet:” ¿Ahora tengo una IPA? Yippee Ki Yay. Nota: Notable bajo.
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