A nuestra sección de arte y cerveza hoy os traemos un ejemplo de que ambas cosas pueden alcanzar las más altas esferas, de la mano de Ernst Henseler, un pintor alemán que vivió de mediados del siglo XIX a mediados del siglo XX.
En su cuadro (de 1894) se recoge una costumbre de Otto von Bismarck, Canciller del Imperio alemán, que consistía en una “noche de cerveza” en la cancillería imperial, con el resto de diputados en una velada parlamentaria.
La cerveza ayuda al “parlamento”, sin duda. Y con ello buscaba la oportunidad de convencer tanto a amigos como a enemigos parlamentarios de que apoyasen sus políticas, aunque a veces conseguía lo contrario.
Dicen que la bebida era más abundante que la comida en tales ocasiones, para decepción de uno de los perros (literalmente su animal mascota) de Bismarck, que por lo visto siempre estaba en la lista de invitados. Se puede ver en el Palacio de Charlottenburg, antigua residencia real prusiana situada en Berlín.