Presentación Cervezas Casimiro Mahou

Hola amigos, la semana pasada bebimos Mahou. No, nos ha dado un jamacuco. Ya veréis. Porque, a la hora de escribir esto, seguimos con vida y cuerdos (según dice el diploma de salud mental de nuestro despacho) tras beber algo de esta cervecera industrial clásica española madrileña por excelencia y otros adjetivos que no caben porque ya hemos puesto muchos.

El viernes estuvimos en el Palacio Santa Bárbara (Manzana Mahou durante este verano) en una cata presentación de la nueva línea de tirada limitada de cervezas Casimiro Mahou, que viene a ser la gama sabrosa de la casa Mahou.

Esta noticia demuestra que las grandes familias cerveceras comienzan a percatarse de la existencia de un mercado creciente de consumidores que buscan mayor calidad en el producto y no sólo un refresco de cebada que les amenice la tapa del bar. Así pues, van a sacar una gama de botellas de venta en locales (bares y tiendas) de Madrid, Capital del Moderneo Actual (lo sentimos, Barcelona, pero sabes que es verdad), este otoño.

La marca nos ofrece cuatro sabores para iniciarse en el complejo gusto cervecero: “Lager que tiene saborcito” Amaniel, “Trigo 101” Marcenado, “Strong Ale Toma-7%-de-golpe” Maravillas y “Capillita de Abadía” Jacometrezo. El apodo se lo ponemos nosotros para definirlas un poquillo más. Según nos contó el maestro cervecero Eugenio (la mano detrás de estas creaciones) “hemos creado unas cervezas no muy extremas” para adecuar el paso del consumidor tradicional de lager españolas al efervescente mundo artesanal actual. Ya sólo por esto, desde el Jardín aplaudimos ese puente tendido para hacer que la cultura cervecera crezca.

Disfrutamos de la cata con las indicaciones del maestro cervecero, los maridajes y la amena charla con otros compañeros entendidos. Sin embargo, lo mejor vino después, cuando entablamos una improvisada mesa redonda (aunque nos la ofrecieron físicamente, nos quedamos de pie… estamos en forma y todo sexys) con los representantes de Mahou.

Hablamos de cómo habían hecho para convencer al gigante de que les permitiese experimentar y crear con libertad. Eugenio admitió que han quedado en el camino (mayormente por decisiones empresariales) otras muchas y mejores cervezas, pero que confían en poder llegar a sacarlas en algún momento si este primer paso tiene éxito.

También comentamos las declaraciones del señor Damm (no de las cosas de juicios sino de sus palabras sobre la cerveza “de garaje”) y si bien decidieron no mojarse mucho, como es lógico, estaban más del lado de entender que hay un gran público deseoso de probar cervezas que del bando de “demonizar a los cerveceros”.

Siguiendo con la idea de empatizar con el nuevo y moderno consumidor de cerveza, hicieron hincapié en el hecho de querer democratizar el panorama cervecero. No se debe agrandar la franja entre especialistas y aficionados, sino unirla. Esta frase, ya sea puro “márquetin” o sana intención, es un avance si su objetivo es conseguir que algún porcentaje de esa inmensa mayoría española de gusto “lager comercial” entre en el rico mundillo cervecero.

Y con estas pequeñas reflexiones terminamos. Ya no queda sino esperar a septiembre para que podáis probar estas cervezas, que pese a que no son la “Panacea Reveladora de la Birra 2014”, sí que representarán un paso sencillo para introducir a familiares y conocidos a descubrir un poco más de este delicioso mundo en el que estamos todos metidos. Parafraseando al piloto sobrio del Apolo 11: “Este es un pequeño paso para el aficionado cervecero, pero un gran paso para la industria cervecera”.