Hace un tiempo que no traíamos a mujeres como protagonistas de esta sección de Cine y Cerveza así que vamos a poner remedio revisando un clásico para los que peinan canas y un referente en su tiempo de los efectos especiales (además de fuente de memes): Titanic.
La película, dirigida por James Cameron en 1997, cuenta la improbable y trágica historia de amor entre Jack, un artista callejero interpretado por Leonardo Di Caprio, y Rose, una joven de clase alta venida a menos interpretada por Kate Wislet. En agradecimiento por haberle salvado Kate invita a Jack a conocer la cubierta de primera clase con sus sofisticados y estirados ocupantes que sorben vinos generosos en copas de fino cristal mientras alardean de sus riquezas.
Jack devuelve la invitación a Rose llevándola a la cubierta de tercera clase. Entre gaitas, bodhráns, bailes y pelirrojos con gorra empiezan a circular pintas de stout de mesa en mesa, además de algunas botellas con una etiqueta que recuerda mucho a Bass y que abrían usado este abridor (o no). La joven aristócrata ha encontrado la felicidad entre esta gente sencilla y ebria.
Si Jack ya estaba cautivado por las habilidades de Rose para la danza irlandesa, la admiración se transforma en arrebato cuando la ve beberse media pinta de un trago; con este gesto se rompen definitivamente barreras sociales y de paso le deja claro que su condición de mujer y clase alta no la limita, toda una declaración feminista.
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