Desde Lituania, uno de los países bálticos, nos llega esta Porter. Podría decirse que es por tanto una Baltic Porter, aunque ellos la llamen “Imperial Porteris”. Y aunque por su alcohol (6% vol.) tampoco sea demasiado imperial.
Pero bueno, tampoco vamos a ir a los bálticos a decirles cómo hacer o cómo llamar a sus birras, así que nos limitamos a catarla para ver si estamos ante una cerveza que nos guste o no… y luego ya analizaremos esas cosas.
Porque es una cerveza que ya de inicio nos sorprende porque es oscura, pero muy lejos de ser negra. Rojiza, velada… la espuma está teñida de beis claro, y es de cantidad y persistencias medias. Así que bueno, quizá no es lo que esperábamos, pero tampoco está mal.
En el aroma (bueno, y en el sabor) destaca sobre todo el perfil maltoso de la cerveza. Porque los aromas de lúpulo ni están ni se les espera, y los de la fermentación, da la impresión de ser una Lager, con un perfil mucho más limpio y seco.
Aun así, tiene alguna nota afrutada, a pasas o ciruelas… aunque lo más predominante es el caramelo. Muchos tostados y dulces, rozando un poco lo empalagoso. Y todo ello pese a no tener demasiado cuerpo. Lo cual hace, eso sí, que sea más bebible que otras Porter. Una buena idea dada su excelente relación calidad/cantidad/precio.
“Mi opinión en un Tweet:” Si fuese un portero no dejaba pasar ni una. Nota: Bien
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