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Star Wars y Cerveza… Cristal
Cerveza Cristal creó una campaña publicitaria propia de los trucos mentales de un Jedi al infiltrar su publicidad directamente en el metraje de Star Wars. Así, en medio de una escena crucial, aparece una nevera llena de cerveza o en mitad del planeta Dagobah encontramos a Luke bebiendo una cerveza tras sufrir al maestro Yoda… Toda una mezcla entre sacrilegio y genialidad publicitaria.
El montaje, la luz, el plano… todo da el pego para que la escena quede bien integrada en la película… Y mejor beber una cerveza fresquita que los mejunjes que sirve en la Cantina de Mos Eisley, ¿no?
Porque si hay algo capaz de unir mundos (y planetas) es la cerveza y el buen marketing. Así que hoy, que la fuerza te acompañe… y que no te falte una buena “chela” (que diría un chileno) en la mano.
Maibock y la Noche de Walpurgis
En medio de esa transición estacional, aparece una cerveza que encaja perfectamente con la temática: la Maibock. Como su nombre indica, la Maibock es la Bock de mayo, una cerveza fuerte y maltosa, pero más clara y refrescante que sus hermanas invernales. Tradicionalmente se elaboraba en invierno y se guardaba para ser servida con la llegada de la primavera, coincidiendo con las celebraciones de Walpurgisnacht y el inicio del mes de mayo.
Este estilo no solo es un puente entre estaciones, también lo es entre ritual y celebración. Su perfil maltoso, su color dorado intenso y su potencia alcohólica (sin ser abrumadora) la hacen ideal para noches templadas al aire libre, donde el fuego todavía es necesario, pero el frío ya no domina.
Aunque no lleva especias ni calabaza, la Maibock comparte con muchas cervezas estacionales (como las Märzen o las Pumpkin Ale) ese carácter festivo y simbólico. Es una cerveza de transición, de umbral… En Múnich, era tradición que las cervecerías bávaras anunciaran el primer barril de Maibock a finales de abril con música, tambores y un ritual festivo. El comienzo de mayo no solo traía flores, ¡también traía cerveza nueva!
Reflexiones a la luz de las velas (Cerveza en mano)
Para quienes no estén familiarizados, pese a que ya os lo contamos aquí en la web, en aquel entonces una cervecería en Tottenham Court Road almacenaba miles de miles de litros de cerveza en enormes toneles de madera. El 17 de octubre, uno de estos recipientes reventó, provocando un efecto dominó que liberó más de un millón de litros de cerveza en las calles de Londres. Sí, un literal tsunami de cerveza. Las casas se inundaron, los pubs (ironías de la vida) se vieron desbordados y, lamentablemente, hubo varias víctimas.
Anoche, en pleno apagón, mientras en las terrazas la gente aprovechaba el buen tiempo ultimando las reservas de cerveza fría de los bares y nosotros buscábamos linternas con una mano y latas de cerveza con la otra, se nos ocurrió: menos mal que nuestros problemas con la cerveza no son tan graves como en 1814. Aquí, lo peor que pasó fue tener que beber a la luz de las velas, como en una cita improvisada con amigos y vecinos. Sin electricidad, como en el siglo XIX, pero con cerveza. ¿Qué más se puede pedir?
Quizás el apagón no fue más que un recordatorio moderno de lo frágiles que son nuestras rutinas... y de lo importante que es siempre tener una buena cerveza a mano. Así como en 1814 la cerveza salió de los toneles para conquistar las calles, anoche la cerveza salió de nuestras neveras para conquistar la oscuridad y darnos un momento de calma y humanidad… Moraleja: puede fallar la luz, puede fallar internet, pero que nunca falte la cerveza.
Código de Autorregulación sobre información en el etiquetado
En él se comprometen a poner cosas que la ley, estrictamente, no les obliga (mientras que a otros alimentos no alcohólicos sí). Como por ejemplo la información nutricional (aunque sean solamente las kcal del producto) y el listado de ingredientes en el etiquetado. Todo eso estaría genial…
Si no fuese porque afirman que “llegará a los consumidores a través de un QR en el etiquetado de la bebida que los dirigirá de forma fácil y ágil a una página online en la que podrán ampliar la información”. O sea, que no vendrá en la etiqueta en sí.
Allí, en el espacio virtual, incluirá “una serie de recomendaciones sobre consumo de cerveza (de forma siempre moderada y responsable, acompañada de algo de comer y en compañía).” Que también está bien, por supuesto. Y han actualizado (aquí si para la propia etiqueta) los pictogramas para informar el consumo de cerveza durante el embarazo y antes o durante la conducción.
Esta asociación incluye a las grandes productoras pero también a muchas pequeñas cerveceras, bien a título propio o bien a través de la AECAI (Asociación Española de Cerveceros Artesanos e Independientes). Así que esperemos ver mejoras en el etiquetado que dan más información completa y veraz a los consumidores. ¡Es algo que es crucial para asentar definitivamente el sector!
Cómo NO maridar tu Cerveza: 5 errores a evitar
Ya hemos hablado en el pasado mucho sobre maridaje en esta web, ya que lo consideramos una puerta de entrada fundamental, de la mano de la hostelería, para la normalización de la oferta cervecera. Y por eso hemos querido analizar algunos fallos que son fáciles de cometer y que conviene evitar. ¡Tomad nota y aprended de nuestros errores!
No equilibrar bien las intensidades
Una cerveza con un perfil potente (como una Imperial IPA o una Barleywine) puede eclipsar fácilmente un plato de sabores sutiles, como un pescado blanco a la plancha o una ensalada ligera. Para evitar esto, elige cervezas más suaves y equilibradas que respeten la fragilidad del plato, como una Helles Lager o una Witbier. ¡Y viceversa! ¡Nada de cervezas demasiado ligeras con platos fuertes!
Ignorar el cuerpo y el gas de la cerveza
La carbonatación de la cerveza juega un papel importante en el maridaje, que muchas veces no tenemos en cuenta. Una cerveza muy efervescente puede resultar abrumadora si se combina con platos muy ligeros, mientras que una cerveza plana puede no limpiar el paladar al comer algo graso o pesado. Es clave buscar el equilibrio en este sentido entre la textura del plato y la de la cerveza.
Pasarse con el contraste
Aunque el maridaje por contraste puede ser interesante y acertado, no todo contraste es positivo. Por ejemplo, combinar una cerveza muy ácida (como una Lambic) con platos excesivamente grasos puede resultar demasiado agresivo para el paladar. Es mejor asegurarse de que el contraste sea armonioso y no choque en exceso, de forma desagradable.
Desordenar la intensidad en un menú completo
Si vamos a maridar varias cervezas en una comida, lo recomendable es ir siempre de menos a más en cuanto a intensidad. Si la experiencia gastronómica comienza con una cerveza fuerte, como una Imperial Stout, será difícil apreciar las sutilezas de una Lager suave que venga después. Respetar una progresión lógica es fundamental para que cada cerveza (y cada plato) se disfruten como se merece.
Priorizar la teoría sobre el gusto personal
Por último, un error muy común es este: ceñirse demasiado a las "reglas" y olvidar lo más importante… ¡que el mejor maridaje es el que te gusta! Aunque está genial seguir y aprender de los expertos, hay que ser valiente y salirse del guion con lo que te apetezca en cada momento. A veces, de esas combinaciones salen cosas sorprendentes.
Porque el maridaje no es una ciencia exacta. Lo suyo es probar, experimentar y disfrutar de la experiencia… ¡Y que todo el aprendizaje venga así, acompañado de comida y bebida!
Nuestro homenaje a Francisco Encarnación
Porque Fran (como le conocíamos todos) era una persona encantadora y positiva, con un punto de vista del sector que nos encantaba y que le hacía alguien que querías tener cerca. Gente de la que hace falta más (y no menos) en este mundo en general y en este mundillo en particular.
Y este sector le debe mucho por su labor como divulgador cervecero. Nosotros le conocimos siendo también bloguero cervecero (Oh, Cerveza!), aunque luego dio un paso adelante siendo uno de los pocos (y mejores) ejemplos de la profesionalización en la comunicación cervecera creando Factoría de cerveza. ¡Una gran labor de más de una década!
Por eso, con el corazón compungido por la pérdida, queremos mandar desde aquí un abrazo a todos los que le conocieron y sus allegados, y un brindis por él, cerveza en mano como los ratos que compartimos. Y, por supuesto, desde la Asociación EJDL se le homenajeará y reconocerá su labor otorgándole la distinción de “Maestro Jardinero” de manera póstuma y bien merecida. ¡Y que su recuerdo nos acompañe también con la buena cerveza!
Aech Schlenkerla Erle Schwarzbier
Es la Schwarzbier (su cerveza negra) que lleva maltas ahumadas con madera de aliso (a diferencia de la malta ahumada tradicional de la zona que es con madera de haya). Y bueno, no somos tan frikis ni tenemos tan buena nariz como para distinguir la procedencia de la madera en las notas de humo de una cerveza… ¡pero el resultado es bueno!
Al servirla ya se ve su calidad: una cerveza de color negro pero limpio, que podría recordar al aspecto de la cocacola, pero más oscuro, con sus brillos marrones o rojizos. La espuma es bastante blanca para lo que podría esperarse, y de cantidad y persistencias medias.
El aroma es muy apetecible (para los amantes del ahumado, claro), prometiendo un paladar rico y sabroso. Cosa que cumple en boca, con mucha intensidad tanto de las notas a cecina y hoguera, como de maltas tostadas y pan. Amarga y sabrosa. Y queda genial, por experiencia propia, con castañas asadas.
Lo que más nos gusta de esta cerveza (y otras de la casa) es que, pese a su bajo contenido alcohólico, con tan solamente 4,2% vol. de alcohol, sabe fuerte y potente. Y da la sensación de densa y cálida como cervezas de mucha más fuerza… ¡sin emborrachar tanto! ¡Todo ventajas!
“Mi opinión en un Tweet:” Incluyendo en sus ventajas que te ahorras la cena, ya cuenta como una. Nota: Sobresaliente.