De la cervecera más famosa del mundo que se dedica a hacer cervezas estilo Rauchbier (cervezas ahumadas de baja fermentación) nos llega una que nos ha encantado (y que tuvimos la suerte de poder probar en fermentador cuando visitamos su cervecera en Bamberg.
Es la Schwarzbier (su cerveza negra) que lleva maltas ahumadas con madera de aliso (a diferencia de la malta ahumada tradicional de la zona que es con madera de haya). Y bueno, no somos tan frikis ni tenemos tan buena nariz como para distinguir la procedencia de la madera en las notas de humo de una cerveza… ¡pero el resultado es bueno!
Al servirla ya se ve su calidad: una cerveza de color negro pero limpio, que podría recordar al aspecto de la cocacola, pero más oscuro, con sus brillos marrones o rojizos. La espuma es bastante blanca para lo que podría esperarse, y de cantidad y persistencias medias.
El aroma es muy apetecible (para los amantes del ahumado, claro), prometiendo un paladar rico y sabroso. Cosa que cumple en boca, con mucha intensidad tanto de las notas a cecina y hoguera, como de maltas tostadas y pan. Amarga y sabrosa. Y queda genial, por experiencia propia, con castañas asadas.
Lo que más nos gusta de esta cerveza (y otras de la casa) es que, pese a su bajo contenido alcohólico, con tan solamente 4,2% vol. de alcohol, sabe fuerte y potente. Y da la sensación de densa y cálida como cervezas de mucha más fuerza… ¡sin emborrachar tanto! ¡Todo ventajas!
“Mi opinión en un Tweet:” Incluyendo en sus ventajas que te ahorras la cena, ya cuenta como una. Nota: Sobresaliente.
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