#SiFueraUnaCerveza, William Kidd sería una Innis & Gunn Rum Finish.
Más información:
Buxton Nth Cloud
Las doble IPA son un estilo que en principio sale mal parado a nivel estacional: demasiado florales para el invierno y demasiado alcohólicas para el verano. Bien, ahora dejémonos de tonterías y digamos la verdad: las Doble IPA son cervezas para todo el año, especialmente si están tan bien hechas como esta inglesa elaborada por la "camino-de-clásica" Buxton Brewery.
Al servirla, podemos ver su color entre oro y ámbar, con un punto de turbidez. Puede que no esté filtrada, pero habrá tenido una buena guarda en frío para lograr una transparencia casi total. La espuma es de color blanco hueso, y es bastante persistente.
Como ya esperamos, el olor es a lúpulo. Pese a ser una cerveza inglesa, el carácter americano es indiscutible, tanto en el perfil del lúpulo como en el de la fermentación. Así pues, tras un primer plano de mango, pino y resina, hay algo de chicle y otras frutas como el albaricoque o el lichi. Una vez nos centramos en analizar sus sensaciones en boca, notamos el alcohol algo disparado. No podemos decir que esté fuera de la cerveza, pero tampoco que esté integrado, ni mucho menos. Y es que se nota. También podemos percibir algo de masa de pan, galleta y bizcocho. Estos sabores van siendo más notables a medida que el líquido adquiere temperatura.
Indiscutiblemente, esta cerveza "cuatro estaciones" es un buen lupulazo. Pero sus aromas florales y su amabilidad en nariz no pueden disimular su nada despreciable 8,2% ABV. Parece que tampoco lo intenta, ya que como hemos dicho el alcohol se hace notar, así que no nos va a engañar. El amargor es medio-alto, nada raro en el estilo, pero no se nota exagerado.
“Mi opinión en un Tweet:” Una doble IPA amable, aunque con carácter. Tal como nos gusta. Nota: Notable bajo.
Al servirla, podemos ver su color entre oro y ámbar, con un punto de turbidez. Puede que no esté filtrada, pero habrá tenido una buena guarda en frío para lograr una transparencia casi total. La espuma es de color blanco hueso, y es bastante persistente.
Como ya esperamos, el olor es a lúpulo. Pese a ser una cerveza inglesa, el carácter americano es indiscutible, tanto en el perfil del lúpulo como en el de la fermentación. Así pues, tras un primer plano de mango, pino y resina, hay algo de chicle y otras frutas como el albaricoque o el lichi. Una vez nos centramos en analizar sus sensaciones en boca, notamos el alcohol algo disparado. No podemos decir que esté fuera de la cerveza, pero tampoco que esté integrado, ni mucho menos. Y es que se nota. También podemos percibir algo de masa de pan, galleta y bizcocho. Estos sabores van siendo más notables a medida que el líquido adquiere temperatura.
Indiscutiblemente, esta cerveza "cuatro estaciones" es un buen lupulazo. Pero sus aromas florales y su amabilidad en nariz no pueden disimular su nada despreciable 8,2% ABV. Parece que tampoco lo intenta, ya que como hemos dicho el alcohol se hace notar, así que no nos va a engañar. El amargor es medio-alto, nada raro en el estilo, pero no se nota exagerado.
“Mi opinión en un Tweet:” Una doble IPA amable, aunque con carácter. Tal como nos gusta. Nota: Notable bajo.
Más datos sobre el 3er Concurso Homebrewer EJDL
El otro día anunciábamos en el blog las ganadoras del 3er Concurso Homebrewer “El Jardín del Lúpulo” y subíamos a nuestras redes sociales el álbum de fotos de la gala de entrega de premios, con muchos de los participantes y de los ganadores.
Ahora queremos hablar un poco sobre curiosidades y datos de la edición. Como, por ejemplo, de los estilos de las cervezas. Más de la mitad de las presentadas iban dentro de la categoría de las de estilos de origen británico.
Aunque la categoría donde más disputados han estado los premios ha sido la de origen belga (con una nota de corte para los premios de 82,5 puntos sobre 100, mientras que en las categorías de orígenes británicos y germanos han sido de 80 y 60,25 -el más bajo- , respectivamente).
Pero vamos, que el nivel sigue muy alto, con un 25% de cervezas superando el notable y otro 25% suspendiendo. Aunque las notas máximas han descendido, todavía forma una bonita campana de Gauss, con una media de nota de 60 puntos, más o menos, influenciada por los tres geiseres sufridos (uno más que el año pasado).
Ahora queremos hablar un poco sobre curiosidades y datos de la edición. Como, por ejemplo, de los estilos de las cervezas. Más de la mitad de las presentadas iban dentro de la categoría de las de estilos de origen británico.
Aunque la categoría donde más disputados han estado los premios ha sido la de origen belga (con una nota de corte para los premios de 82,5 puntos sobre 100, mientras que en las categorías de orígenes británicos y germanos han sido de 80 y 60,25 -el más bajo- , respectivamente).
Pero vamos, que el nivel sigue muy alto, con un 25% de cervezas superando el notable y otro 25% suspendiendo. Aunque las notas máximas han descendido, todavía forma una bonita campana de Gauss, con una media de nota de 60 puntos, más o menos, influenciada por los tres geiseres sufridos (uno más que el año pasado).
#LaRonda 30 (2.04): Festivales y Ferias Cerveceras
El proyecto de #LaRonda, que propusimos rescatar, ha estado a punto de volver a caer en el olvido; pero en el último momento se ha recuperado (y esperemos que siga cogiéndose el testigo) proponiéndose como tema “Festivales y ferias cerveceras”, para hablar así en general.
Es un tema que hemos tratado muy a menudo, ya que nos encanta acercarnos a todas las que podemos (aunque no siempre nos guste lo que allí vemos). Ya hemos hablado anteriormente de las ferias y sus modelos en general, de varias propuestas para mejorar en ellas, de cómo podrían gestionar y mejorar sus costes, de los concursos de cerveza que se organizan en algunas, de más ideas para que avancen, de su evolución en el tiempo, e incluso de las posibles alternativas al modelo imperante de “vaso”.
Y la verdad es que poco queda debatir, después de todo eso (que os recomendamos leer en cada enlace, desde luego). Por lo que vamos a dar una opinión personal. Y mojarnos y meternos en jardines (o sea, como siempre).
El modelo predominante de feria, no deja de ser un mercadillo medieval venido a más, cuyo fin divulgativo es bastante escaso (de los visitantes, pocos saldrán con más conocimiento cervecero del que entraron), y que principalmente transforma al productor en un feriante.
Es un tema que hemos tratado muy a menudo, ya que nos encanta acercarnos a todas las que podemos (aunque no siempre nos guste lo que allí vemos). Ya hemos hablado anteriormente de las ferias y sus modelos en general, de varias propuestas para mejorar en ellas, de cómo podrían gestionar y mejorar sus costes, de los concursos de cerveza que se organizan en algunas, de más ideas para que avancen, de su evolución en el tiempo, e incluso de las posibles alternativas al modelo imperante de “vaso”.
Y la verdad es que poco queda debatir, después de todo eso (que os recomendamos leer en cada enlace, desde luego). Por lo que vamos a dar una opinión personal. Y mojarnos y meternos en jardines (o sea, como siempre).
El modelo predominante de feria, no deja de ser un mercadillo medieval venido a más, cuyo fin divulgativo es bastante escaso (de los visitantes, pocos saldrán con más conocimiento cervecero del que entraron), y que principalmente transforma al productor en un feriante.
Sagra Roja
Ya hemos hablado anteriormente de las cervezas Sagra, cuya fábrica está en la provincia de Toledo. La característica más publicitada por sus elaboradores es que sus cervezas son el sabor castellano, hecho cerveza, por lo que usan malta de cebada original de Castilla La Mancha. Lo que no sabemos es a que sabe lo “castellano”. Pero en esta ocasión probamos la cerveza roja.
Al servir la cerveza, aparece su color cobre rojizo muy intenso, típico de este tipo de cervezas aunque forma poca espuma, si la sirves con más fuerza podrás ver aparecer el color blanco, pero perderá más rápido el gas.
El olor recuerda levemente a jarabe, aunque se aprecian las notas de la malta que luego salen en boca junto con el tostado, muy tostado. Conforme vas dando más tragos, se va quedando un sabor ligero a caramelo y un amargor bastante suave.
Lo ideal es servirla en un vaso shaker o pinta americana (si no tienes la copa de su marca) y es bastante acertada para acompañar aperitivos, aunque tiene un 6,1% de ABV y habrá que ser algo cautos con ella. Pero como producto para todos los paladares es bastante correcto.
“Mi opinión en un Tweet:” Una Ale para disfrutar la malta tostada con un color llamativo. Nota: Bien.
Al servir la cerveza, aparece su color cobre rojizo muy intenso, típico de este tipo de cervezas aunque forma poca espuma, si la sirves con más fuerza podrás ver aparecer el color blanco, pero perderá más rápido el gas.
El olor recuerda levemente a jarabe, aunque se aprecian las notas de la malta que luego salen en boca junto con el tostado, muy tostado. Conforme vas dando más tragos, se va quedando un sabor ligero a caramelo y un amargor bastante suave.
Lo ideal es servirla en un vaso shaker o pinta americana (si no tienes la copa de su marca) y es bastante acertada para acompañar aperitivos, aunque tiene un 6,1% de ABV y habrá que ser algo cautos con ella. Pero como producto para todos los paladares es bastante correcto.
“Mi opinión en un Tweet:” Una Ale para disfrutar la malta tostada con un color llamativo. Nota: Bien.
Cervezas Ganadoras del 3er Concurso Homebrewer EJDL
El sábado fue la gala de entrega de premios a las elaboraciones. Y aunque en las redes sociales hemos puesto alguna de las afortunadas, hoy en el blog publicamos el listado completo de las cervezas premiadas en el 3er Concurso Homebrewer “El Jardín del Lúpulo”. Así que… ¡Adelante con los cervezones!
El 1er premio absoluto, Botella de Oro y Mejor Cerveza de Estilos Belgas es para Alejo Girón González, de Madrid, con su Witbier llamada Alma Vicky Wit (3,9% ABV).
El 2º premio, Botella de Plata y Mejor Cerveza de Estilos Británicos se lo lleva Otger Campoy Marot, de Barcelona, con su cerveza tipo English IPA, SHIVA Fruit (7,0% ABV). Además, acumula más puntos que cualquier otro participante con sus cervezas presentadas, así que también se lleva el Premio a la Constancia Cervecera.
Y el 3er premio, Botella de Bronce y Mejor Cerveza de Estilos Germanos corresponde a Elías Sixto Ramos, de A Coruña, con su cerveza estilo Munich Dunkel, Riola (6,5% ABV).
Pero estas tres son solo las que se llevan trofeos (además de los premios gordos). Aún quedan más de 20 diplomas que repartir, además de un buen puñado de premios, por lo que mejor sigue leyendo…
El 1er premio absoluto, Botella de Oro y Mejor Cerveza de Estilos Belgas es para Alejo Girón González, de Madrid, con su Witbier llamada Alma Vicky Wit (3,9% ABV).
El 2º premio, Botella de Plata y Mejor Cerveza de Estilos Británicos se lo lleva Otger Campoy Marot, de Barcelona, con su cerveza tipo English IPA, SHIVA Fruit (7,0% ABV). Además, acumula más puntos que cualquier otro participante con sus cervezas presentadas, así que también se lleva el Premio a la Constancia Cervecera.
Y el 3er premio, Botella de Bronce y Mejor Cerveza de Estilos Germanos corresponde a Elías Sixto Ramos, de A Coruña, con su cerveza estilo Munich Dunkel, Riola (6,5% ABV).
Pero estas tres son solo las que se llevan trofeos (además de los premios gordos). Aún quedan más de 20 diplomas que repartir, además de un buen puñado de premios, por lo que mejor sigue leyendo…
The Beer Times (116)
¿No viniste ayer a la gala y quieres saber los ganadores? Lo ponemos mañana en el blog. Pero tal vez aparezca en alguno de estos enlaces sobre cervezas. Y si no, paciencia...
Hoy, sábado, en La Tape a las 18:00 horas
Pues eso, que hoy, sábado, en La Tape a las 18:00 horas, es la entrega de premios a los ganadores del concurso homebrewer más guay del mundo. O sea, del nuestro. El que cuenta con los presentadores más divertidos (Quique Macías y Rodrigo Valdezate) y con los trofeos más chulos (botellas pintadas de oro, plata y bronce). Además de muchos diplomas. Y no nos olvidemos que se reparten más de 2000€ en premios.
Pero ya sabes que cuando preparamos las cosas no solemos extendernos en la entrada ese día. Y hoy no va a ser una excepción. Hay que organizar las sillas, llevar los aparejos, calentar la voz y beber algo antes, etc. Asi que vamos ya para La Tape (Calle de San Bernardo, 88, Madrid) a prepararnos. Os esperamos allí a las 18:00. Sed puntuales, que hay más gente que sillas (pero no que cerveza, por suerte).
Pero ya sabes que cuando preparamos las cosas no solemos extendernos en la entrada ese día. Y hoy no va a ser una excepción. Hay que organizar las sillas, llevar los aparejos, calentar la voz y beber algo antes, etc. Asi que vamos ya para La Tape (Calle de San Bernardo, 88, Madrid) a prepararnos. Os esperamos allí a las 18:00. Sed puntuales, que hay más gente que sillas (pero no que cerveza, por suerte).
Innis & Gunn Rum Finish
Esta marca de cervezas escocesas comenzó haciendo la cerveza para madurar en barricas y darlas sabor y curarlas antes de meter whisky (de la casa William Grant and Sons) en ellas. Digamos que lo que querían era hacer “Beer Barrel Aged Whisky”. Y pensaban luego tirar la cerveza. Pero se les ocurrió probarla, y estaba rica.
Así que empezaron a venderla, y a madurar otras cervezas en otros barriles. Esta, por ejemplo, está madurada durante 57 (ni 56 ni 58) días en barriles de ron de roble americano. Es de color marrón rojizo, limpia y translúcida, con una cabeza de espuma clara pero escasa.
El aroma tiene matices de tabaco y especias dulces (como la vainilla). En boca destaca la madera y un dulzor característico del ron. De carácter principalmente maltoso, debajo del acondicionamiento. Resulta muy rica y con un final en boca muy agradable.
Claro, que no es algo para beber todos los días, ni resulta fácil de maridar con comidas. Mejor para el postre o acompañar algún dulce. Eso sí, ojo que tiene 6,8% ABV y puede subírsete a la cabeza y acabar haciendo el pirata.
“Mi opinión en un Tweet:” No solo de Whisky vive la cerveza. Nota: Notable alto.
Así que empezaron a venderla, y a madurar otras cervezas en otros barriles. Esta, por ejemplo, está madurada durante 57 (ni 56 ni 58) días en barriles de ron de roble americano. Es de color marrón rojizo, limpia y translúcida, con una cabeza de espuma clara pero escasa.
El aroma tiene matices de tabaco y especias dulces (como la vainilla). En boca destaca la madera y un dulzor característico del ron. De carácter principalmente maltoso, debajo del acondicionamiento. Resulta muy rica y con un final en boca muy agradable.
Claro, que no es algo para beber todos los días, ni resulta fácil de maridar con comidas. Mejor para el postre o acompañar algún dulce. Eso sí, ojo que tiene 6,8% ABV y puede subírsete a la cabeza y acabar haciendo el pirata.
“Mi opinión en un Tweet:” No solo de Whisky vive la cerveza. Nota: Notable alto.
Lúpulo: Chinook
El Chinook es un versátil helicóptero de transporte de carga pesada, bimotor de origen estadounidense. Creo que me he liado de tema, lo que quería decir es que Chinook es un lúpulo desarrollado por la USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos) en Washington, mediante un cruce de Petham Golding y un macho con alta concentración de alfa-ácidos.
Este lúpulo está liberado desde 1985 y se usa con un doble objetivo, potenciar el amargor así como aportar aromas característicos a pino y un sutil matiz a pomelo. El contenido en alfa-ácidos es muy elevado, entre un 12 y un 15%, pero para su uso hay que tener especial cuidado, puesto que a partir de 6 meses de almacenaje, pierde entre el 65 y el 70% de los mismos.
Como buen estadounidense, su uso está muy extendido en estilos lupulados típicos americanos como IPAs, Black IPAs y American pale Ale, así como algunas Stout, Porter y Barleywines.
Aunque ahora mismo creas que no lo conozcas, es muy posible que tu memoria aromática lo tenga identificado de cervezas como Lupulus, de Beer Here o la Proper Job se St. Austell, y un poco menos, claro, por el estilo, en la Konrad’s Stout. ¿Has probado alguna?
Este lúpulo está liberado desde 1985 y se usa con un doble objetivo, potenciar el amargor así como aportar aromas característicos a pino y un sutil matiz a pomelo. El contenido en alfa-ácidos es muy elevado, entre un 12 y un 15%, pero para su uso hay que tener especial cuidado, puesto que a partir de 6 meses de almacenaje, pierde entre el 65 y el 70% de los mismos.
Como buen estadounidense, su uso está muy extendido en estilos lupulados típicos americanos como IPAs, Black IPAs y American pale Ale, así como algunas Stout, Porter y Barleywines.
Aunque ahora mismo creas que no lo conozcas, es muy posible que tu memoria aromática lo tenga identificado de cervezas como Lupulus, de Beer Here o la Proper Job se St. Austell, y un poco menos, claro, por el estilo, en la Konrad’s Stout. ¿Has probado alguna?
Abridor: Cuchilla de Afeitar
Ahora que está de moda lo lumbersexual y las barbas, es posible que este objeto haya caído en el olvido. La cuchilla de afeitar vieja, la de suicidarse, es algo que y nadie (ni nuestros abuelos) usan. Todo se hace con máquinas eléctricas o desechables.
O no se hace. Que si los del blog llevamos más o menos barba es por vagos, no por otra cosa (y de los becarios en el sótano mejor no hablamos, hay que mantenerles lejos de los objetos afilados). Así que es posible que todas las cuchillas de afeitar se hayan ido al paro.
Y alguna, más inteligente, se ha buscado otro curro: abrir botellas de cerveza. Por lo que ahora por fin tenemos una como esta en casa. Es más grande y más gruesa, para que no te cortes en abrir más cervezas.
Eso sí, lo de afeitarnos del todo, no va a ocurrir. Tenemos un cutis tan bonito y terso, que si vamos afeitados se creen que somos menores de edad y no nos sirven cerveza. Y eso es inaceptable.
O no se hace. Que si los del blog llevamos más o menos barba es por vagos, no por otra cosa (y de los becarios en el sótano mejor no hablamos, hay que mantenerles lejos de los objetos afilados). Así que es posible que todas las cuchillas de afeitar se hayan ido al paro.
Y alguna, más inteligente, se ha buscado otro curro: abrir botellas de cerveza. Por lo que ahora por fin tenemos una como esta en casa. Es más grande y más gruesa, para que no te cortes en abrir más cervezas.
Eso sí, lo de afeitarnos del todo, no va a ocurrir. Tenemos un cutis tan bonito y terso, que si vamos afeitados se creen que somos menores de edad y no nos sirven cerveza. Y eso es inaceptable.
Argus 1844 Black
Como su nombre indica, se trata de una cerveza negra y está creada por Sergi Arola, un cocinero con dos estrellas Michelin, como bien se indica en la etiqueta, y tres soles Repsol. Fabricada por Damm en su fábrica de Font Salem especialmente para Lidl, presenta una etiqueta negra con letras plateadas, bastante simple pero que hace su función.
Lo primero que se aprecia en la cerveza es su color marrón oscuro casi negro, con espuma tostada y cremosa que se pierde rápidamente, dejando una bebida muy gaseosa y con aspecto de bebida de cola, pero de marca blanca, además.
Según la publicidad, esta cerveza se diseña dentro de la línea de productos “Gourmet” o “exquisiteces” creada por el cocinero para la cadena de supermercados, por eso lleva aroma a chocolate: hasta tal punto que dan ganas de tomarla para desayunar junto con unos churros.
Su olor y sabor son a fuerte chocolate negro, con un punto a caramelo, pero ni asomar el sabor a cerveza. En lugar de servirla en el típico vaso de pinta, habría que servirla en una taza de desayuno con galletas para mojar, ya que su ABV de 5,6% está totalmente tapado por su sabor.
“Mi opinión en un Tweet:” Y encima, ni sacan buenas fotos de estudio de la cerveza que podamos usar. Nota: Suficiente.
Lo primero que se aprecia en la cerveza es su color marrón oscuro casi negro, con espuma tostada y cremosa que se pierde rápidamente, dejando una bebida muy gaseosa y con aspecto de bebida de cola, pero de marca blanca, además.
Según la publicidad, esta cerveza se diseña dentro de la línea de productos “Gourmet” o “exquisiteces” creada por el cocinero para la cadena de supermercados, por eso lleva aroma a chocolate: hasta tal punto que dan ganas de tomarla para desayunar junto con unos churros.
Su olor y sabor son a fuerte chocolate negro, con un punto a caramelo, pero ni asomar el sabor a cerveza. En lugar de servirla en el típico vaso de pinta, habría que servirla en una taza de desayuno con galletas para mojar, ya que su ABV de 5,6% está totalmente tapado por su sabor.
“Mi opinión en un Tweet:” Y encima, ni sacan buenas fotos de estudio de la cerveza que podamos usar. Nota: Suficiente.
Hoy: Cata de Jurado en La Tape
La entrada de hoy es escueta (más que de costumbre). Ya estamos en La Tape (Calle de San Bernardo, 88, Madrid) organizando todo. En menos de una hora el jurado estará aquí y estamos preparando todo para que puedan beber y evaluar las 98 cervezas presentadas.
Si quieres acercarte, el jurado y nosotros estaremos desde las 12 de la mañana hasta las 8 de la tarde por lo menos. Y estaremos encantados de charlar en los ratos que tengamos. Así que venga, venid. Nos ponemos a dejar todo listo para vosotros.
Si quieres acercarte, el jurado y nosotros estaremos desde las 12 de la mañana hasta las 8 de la tarde por lo menos. Y estaremos encantados de charlar en los ratos que tengamos. Así que venga, venid. Nos ponemos a dejar todo listo para vosotros.
Big Culo Day: Tramp Stamp
Aquí estamos, fieles a nuestra cita anual con el Big Culo Day. Un evento convocado por un blog no cervecero que seguimos desde hace años, y que busca homenajear a los culos dentro del mundo del cómic, del que somos fans. Y nosotros lo hacemos por cuarta vez desde la cerveza.
Y aunque no abundan, por suerte tampoco faltan las etiquetas culo-cerveciles. Incluso dentro de nuestro concurso homebrewer, como podéis ver. Siempre intentamos buscar algo en los tebeos. Pero ya sabéis; son políticamente correctos, llenos de culos en mallas, pero sin una mísera birra.
Así que, dentro de las etiquetas dibujadas, os traemos este año esta de Clown Shoes, la de su Belgian IPA llamada Tramp Stamp (término despectivo para el tatuaje hecho en la parte baja de la espalda, traducible como “tatuaje de putilla”). Bien sexys que quedan, ¿no?
Y así, con este bonito y prieto culo tatuado, despedimos esta sección (que nada tiene que envidiar a las patilladas cerveceras habituales) hasta el año que viene, y retomamos la normalidad del blog en un par de horas, con noticias sobre nuestro concurso.
Y aunque no abundan, por suerte tampoco faltan las etiquetas culo-cerveciles. Incluso dentro de nuestro concurso homebrewer, como podéis ver. Siempre intentamos buscar algo en los tebeos. Pero ya sabéis; son políticamente correctos, llenos de culos en mallas, pero sin una mísera birra.
Así que, dentro de las etiquetas dibujadas, os traemos este año esta de Clown Shoes, la de su Belgian IPA llamada Tramp Stamp (término despectivo para el tatuaje hecho en la parte baja de la espalda, traducible como “tatuaje de putilla”). Bien sexys que quedan, ¿no?
Y así, con este bonito y prieto culo tatuado, despedimos esta sección (que nada tiene que envidiar a las patilladas cerveceras habituales) hasta el año que viene, y retomamos la normalidad del blog en un par de horas, con noticias sobre nuestro concurso.
The Beer Times (115)
Desde nuestro pequeño fuerte de cajas de cerveza os enviamos el suplemento de los enlaces sobre cervezas.
Recordatorio: Cata y Premios del Concurso
Queda sólo una semana para que hagamos público qué cervezas han ganado el 3er Concurso Homebrewer “El Jardín del Lúpulo”. Y lo haremos público, en directo, en La Tape, en Madrid, el sábado 21 de febrero, a las 18:00 horas. Así que no digáis que no os hemos avisado. Coged el coche, los billetes, el metro o acercaos a la pata coja. Pero podéis ser los premiados… ¿Y quién no querría recoger en persona el trofeo?
Por lo que, a riesgo de resultar pesado, apuntaos la fecha bien: sábado 21 de febrero, a las 18:00 horas, en La Tape (Calle de San Bernardo, 88, Madrid). ¡Os esperamos allí! Y como lo importante no es ganar, sino participar, podremos beber y brindar y aplaudir, así que diversión no va a faltar.
Y no, no nos preguntéis quién ha ganado. Porque aún no lo sabemos. Ni nosotros, ni nadie, ya que el jurado de expertos aún no ha catado las casi cien cervezas presentadas. Eso tendrá lugar este mismo lunes (16 de febrero) en el mismo lugar. Allí se reunirán los jueces y valorarán las cervezas desde las 12 de la mañana hasta (por lo menos) las 8 de la tarde.
Pero también queremos que la cata (y no sólo la entrega de premios) sea un evento social, así que igualmente os invitamos a acercaros y ver al jurado en acción. En los descansos podéis incluso hablar con ellos, comentar las cervezas (bueno, si ellos tienen a bien) y todo eso. Y con nosotros, que por allí estaremos.
Por lo que, a riesgo de resultar pesado, apuntaos la fecha bien: sábado 21 de febrero, a las 18:00 horas, en La Tape (Calle de San Bernardo, 88, Madrid). ¡Os esperamos allí! Y como lo importante no es ganar, sino participar, podremos beber y brindar y aplaudir, así que diversión no va a faltar.
Y no, no nos preguntéis quién ha ganado. Porque aún no lo sabemos. Ni nosotros, ni nadie, ya que el jurado de expertos aún no ha catado las casi cien cervezas presentadas. Eso tendrá lugar este mismo lunes (16 de febrero) en el mismo lugar. Allí se reunirán los jueces y valorarán las cervezas desde las 12 de la mañana hasta (por lo menos) las 8 de la tarde.
Pero también queremos que la cata (y no sólo la entrega de premios) sea un evento social, así que igualmente os invitamos a acercaros y ver al jurado en acción. En los descansos podéis incluso hablar con ellos, comentar las cervezas (bueno, si ellos tienen a bien) y todo eso. Y con nosotros, que por allí estaremos.
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Resumen
el
sábado, febrero 14, 2015
0
brindis en voz alta
Paulaner Weissbier Kristallklar
Hace ya un tiempo, analizamos en el blog la Franziskaner Kristallklar. Hoy le toca el turno a una de sus competidoras más directas: la cerveza de trigo transparente de Paulaner. ¿Habrá muchas diferencias, o por el contrario no cojeará? Veamos.
La cerveza es de color dorado pajizo, absolutamente transparente (como se da a entender), y nos genera una cabeza de espuma blanca, generosa pero de burbuja gruesa. Muy pronto, esta espuma se disipa, posiblemente debido a la eliminación en el proceso de filtrado de proteínas que ayudan a que se mantenga firme.
En nariz creemos que es prácticamente imposible de distinguir la versión sin filtrar (Naturtrüb) de la que nos ocupa, excepto por la intensidad de algunos aromas. Esta quizá la notamos con algo menos de olor, aunque para poderlo ratificar deberíamos haber hecho la prueba con las dos cervezas simultáneamente. Tiempo al tiempo. A nivel de sabor, nos mantenemos en las mismas: sabor típico de la cerveza de trigo, afrutado y refrescante con algunas notas de plátano y pimienta. No es una cerveza especialmente compleja, y tampoco lo pretende. El amargor es muy justo, basta para compensar ligeramente el conjunto y poco más.
Y a partir de aquí, todo va cuesta abajo. La cerveza apenas tiene cuerpo, y se echa mucho de menos. Es una cerveza pusilánime, se percibe demasiado líquida. Le falta toda la contundencia de la proteína en boca, o dicho de otra manera, le falta este punto de densidad que le aporta la levadura en suspensión y el trigo que no ha decantado durante la fermentación, y que han eliminado para que quede bien transparente.
Igual que en el caso de la Franziskaner, creemos que este proceso fruto a la dictadura de la transparencia ha eliminado una de las señas de identidad de cualquier buena Weissbier que se precie. Y es que si tradicionalmente, durante siglos, se ha dejado la levadura en suspensión junto a las proteínas del trigo, es por algo. No perdáis el tiempo en esta cerveza de 5,2% ABV, pagando lo mismo para obtener menos.
“Mi opinión en un Tweet:” Una Weissbier en los huesos. Preferimos las que tienen donde agarrar. Nota: Suficiente bajo.
La cerveza es de color dorado pajizo, absolutamente transparente (como se da a entender), y nos genera una cabeza de espuma blanca, generosa pero de burbuja gruesa. Muy pronto, esta espuma se disipa, posiblemente debido a la eliminación en el proceso de filtrado de proteínas que ayudan a que se mantenga firme.
En nariz creemos que es prácticamente imposible de distinguir la versión sin filtrar (Naturtrüb) de la que nos ocupa, excepto por la intensidad de algunos aromas. Esta quizá la notamos con algo menos de olor, aunque para poderlo ratificar deberíamos haber hecho la prueba con las dos cervezas simultáneamente. Tiempo al tiempo. A nivel de sabor, nos mantenemos en las mismas: sabor típico de la cerveza de trigo, afrutado y refrescante con algunas notas de plátano y pimienta. No es una cerveza especialmente compleja, y tampoco lo pretende. El amargor es muy justo, basta para compensar ligeramente el conjunto y poco más.
Y a partir de aquí, todo va cuesta abajo. La cerveza apenas tiene cuerpo, y se echa mucho de menos. Es una cerveza pusilánime, se percibe demasiado líquida. Le falta toda la contundencia de la proteína en boca, o dicho de otra manera, le falta este punto de densidad que le aporta la levadura en suspensión y el trigo que no ha decantado durante la fermentación, y que han eliminado para que quede bien transparente.
Igual que en el caso de la Franziskaner, creemos que este proceso fruto a la dictadura de la transparencia ha eliminado una de las señas de identidad de cualquier buena Weissbier que se precie. Y es que si tradicionalmente, durante siglos, se ha dejado la levadura en suspensión junto a las proteínas del trigo, es por algo. No perdáis el tiempo en esta cerveza de 5,2% ABV, pagando lo mismo para obtener menos.
“Mi opinión en un Tweet:” Una Weissbier en los huesos. Preferimos las que tienen donde agarrar. Nota: Suficiente bajo.
Carta de Aromas: Caramelo
Retomamos la sección en la que os animaos a crear una buena carta de aromas en vuestra biblioteca cerebral, para luego reconocerlos cuando, durante una cata, los encontréis en las cervezas. Y este, el aroma a caramelo, es bastante habitual.
Se debe a la caramelización (obviamente, como su nombre indica) mediante el calor de los azúcares, que por oxidación se oscurecen y desprenden aromas (y adquieren sabores) muy característicos. Pueden caramelizarse en las propias maltas durante el proceso de malteado y secado (consiguiendo las que se conocen como “malta caramelo”) o puede caramelizarse en el mosto de la cerveza, incluso, por la acción del calor en la maceración o el hervido.
Y claro, para memorizarlo, lo suyo es oler caramelo. En flanes y cremas catalanas. Caramelizando azúcar en casa (cuidado no le jodáis la sartén a vuestros padres). En dulces y toffees. Anda que no hay. Podéis empacharos un poco con la excusa.
Se suele localizar este olor en cervezas rojizas u oscuras (por el color del propio caramelo, al que a veces se utiliza como colorante alimentario en la cerveza bajo la etiqueta E-150). Asi que os aconsejamos probar alguna Amber Ale, o las Lagers más oscuritas. Y si os apetece más caña, también es muy habitual en las Scotch y los Barley Wine, sobre todo en los ingleses de pura cepa.
Se debe a la caramelización (obviamente, como su nombre indica) mediante el calor de los azúcares, que por oxidación se oscurecen y desprenden aromas (y adquieren sabores) muy característicos. Pueden caramelizarse en las propias maltas durante el proceso de malteado y secado (consiguiendo las que se conocen como “malta caramelo”) o puede caramelizarse en el mosto de la cerveza, incluso, por la acción del calor en la maceración o el hervido.
Y claro, para memorizarlo, lo suyo es oler caramelo. En flanes y cremas catalanas. Caramelizando azúcar en casa (cuidado no le jodáis la sartén a vuestros padres). En dulces y toffees. Anda que no hay. Podéis empacharos un poco con la excusa.
Se suele localizar este olor en cervezas rojizas u oscuras (por el color del propio caramelo, al que a veces se utiliza como colorante alimentario en la cerveza bajo la etiqueta E-150). Asi que os aconsejamos probar alguna Amber Ale, o las Lagers más oscuritas. Y si os apetece más caña, también es muy habitual en las Scotch y los Barley Wine, sobre todo en los ingleses de pura cepa.
Los 4 Sabores Básicos
Muchas veces, cuando describimos en una cata las propiedades organolépticas de una cerveza, hay términos que usamos no del todo bien. Unos de ellos son los sabores. Mira que son pocos (4, si no contamos el Umami nuevo ese, del que ya hablaremos otro día) y mira que llevamos años “usándolos”. Pero a veces nos liamos.
Los sabores se sienten con las papilas gustativas de la lengua, así que sólo en la fase en la que bebemos la cerveza podemos hablar de sabores como tales. Y debemos aprender a reconocerlos, a apreciar qué sensaciones nos producen, y entrenarnos (tomando otros líquidos o alimentos) para reconocer bien estas cuatro sensaciones cuya definición incluimos en el glosario para ayudarnos:
Dulzor: Propiedad organoléptica del sabor elemental producido por sustancias como la sacarosa, cuya degustación produce un sabor dulce. En la cerveza viene dado habitualmente por el nivel de azúcares residuales procedentes del macerado de la malta que permanezcan después de la fermentación.
Acidez: Propiedad organoléptica del sabor elemental de sustancias como el ácido cítrico o el ácido tartárico, el cual se identifica fácilmente con sabores como el del limón. En la cerveza viene dado a menudo por bacterias como las Lactobacilo, que producen ácido láctico, o por un pH muy bajo en el mosto.
Amargor: Propiedad organoléptica del sabor elemental de sustancias como la quinina, algunos otros alcaloides o la cafeína, cuya degustación produce un sabor que se puede considerar desagradable. En la cerveza viene dado en su mayoría por los ácidos alfa fenólicos contenidos en el lúpulo.
Salinidad: Propiedad organoléptica del sabor elemental provocado por sustancias como el cloruro de sodio, cuya degustación produce el sabor salado como del agua de mar. En la cerveza, la aparición de este gusto se debe a las sales minerales disueltas en el agua de elaboración de la misma como el cloruro de sodio ya mencionado, o su posterior adición.
Los sabores se sienten con las papilas gustativas de la lengua, así que sólo en la fase en la que bebemos la cerveza podemos hablar de sabores como tales. Y debemos aprender a reconocerlos, a apreciar qué sensaciones nos producen, y entrenarnos (tomando otros líquidos o alimentos) para reconocer bien estas cuatro sensaciones cuya definición incluimos en el glosario para ayudarnos:
Dulzor: Propiedad organoléptica del sabor elemental producido por sustancias como la sacarosa, cuya degustación produce un sabor dulce. En la cerveza viene dado habitualmente por el nivel de azúcares residuales procedentes del macerado de la malta que permanezcan después de la fermentación.
Acidez: Propiedad organoléptica del sabor elemental de sustancias como el ácido cítrico o el ácido tartárico, el cual se identifica fácilmente con sabores como el del limón. En la cerveza viene dado a menudo por bacterias como las Lactobacilo, que producen ácido láctico, o por un pH muy bajo en el mosto.
Amargor: Propiedad organoléptica del sabor elemental de sustancias como la quinina, algunos otros alcaloides o la cafeína, cuya degustación produce un sabor que se puede considerar desagradable. En la cerveza viene dado en su mayoría por los ácidos alfa fenólicos contenidos en el lúpulo.
Salinidad: Propiedad organoléptica del sabor elemental provocado por sustancias como el cloruro de sodio, cuya degustación produce el sabor salado como del agua de mar. En la cerveza, la aparición de este gusto se debe a las sales minerales disueltas en el agua de elaboración de la misma como el cloruro de sodio ya mencionado, o su posterior adición.
Triple d’Anvers
Esta cerveza de la marca belga De Koninck es un homenaje más o menos reciente (tiene este nombre desde tan sólo 2010, coincidiendo con la compra de la marca por Duvel Moortgat) a la ciudad que la vio nacer, Amberes.
Como su nombre indica, es una cerveza de tipo Triple, así que no ha de sorprendernos su color rubio, aunque quizás sí un poco los profundos matices ámbar con los que cuenta. O que la espuma sea leve, casi nula, y poco persistente.
El aroma es maltoso y rico, con algún toque frutal. Y el sabor es dulce, igualmente rico y afrutado, pero con un final con un amargor más compensado, debido al lúpulo (Saaz, por cierto). También tiene el característico toque metálico tan presente en muchas cervezas belgas.
Es fácil de beber, pero no olvidemos que es una triple, y que tiene 8% ABV. Así que sírvela en copa de cáliz y disfrútala sin prisa, acompañando pescados o pastas con nata. Si puedes ser en Amberes, pues mucho mejor, claro.
“Mi opinión en un Tweet:” Para ser una Triple más dulce, no está mal. Nota: Notable bajo.
Como su nombre indica, es una cerveza de tipo Triple, así que no ha de sorprendernos su color rubio, aunque quizás sí un poco los profundos matices ámbar con los que cuenta. O que la espuma sea leve, casi nula, y poco persistente.
El aroma es maltoso y rico, con algún toque frutal. Y el sabor es dulce, igualmente rico y afrutado, pero con un final con un amargor más compensado, debido al lúpulo (Saaz, por cierto). También tiene el característico toque metálico tan presente en muchas cervezas belgas.
Es fácil de beber, pero no olvidemos que es una triple, y que tiene 8% ABV. Así que sírvela en copa de cáliz y disfrútala sin prisa, acompañando pescados o pastas con nata. Si puedes ser en Amberes, pues mucho mejor, claro.
“Mi opinión en un Tweet:” Para ser una Triple más dulce, no está mal. Nota: Notable bajo.
Fechas del 3er Concurso Homebrewer
A ver, cerveceros caseros ilusionados, que nos preguntáis que cuándo va a ser la cata del jurado del 3er Concurso Homebrewer. Que cuándo van a probar vuestras cervezas. Que cuándo vais a poder acercaros a Madrid a ver las caras que ponen.
Pues ya hay fecha. Va a ser el próximo lunes, 16 de febrero de 2015. A partir de las 12:00 y hasta al menos las 20:00, el jurado está convocado en La Tape (Calle de San Bernardo, 88, Madrid), donde dispondrá de la parte de arriba para la cata, y nosotros podremos charlar o beber al lado o abajo.
Recordad que el espíritu de esto es, además de conocer a los expertos que juzgarán el casi un centenar de cervezas caseras presentadas, poder conocer a otros homebrewers aficionados e intercambiar opiniones, ideas y, por qué no, incluso botellas. En los comentarios de esta entrada podéis confirmar vuestra asistencia y ofreceros a realizar intercambios con otros que se acerquen (el año pasado funcionó bastante bien). Nosotros también estaremos, y estaremos encantados de charlar un rato, cuando las obligaciones organizativas nos lo permitan.
Ah, y antes de que nos olvidemos; todo parece indicar que la entrega de premios será el siguiente sábado, día 21 de febrero, a las 18:00. Así que id apuntándolo en vuestras agendas. Cogiendo billetes. Desempolvando el esmoquin. Es la gala más molona de la cultura española desde los Goya (o sea, de este mes). ¡Os esperamos! ¿Vendréis?
Pues ya hay fecha. Va a ser el próximo lunes, 16 de febrero de 2015. A partir de las 12:00 y hasta al menos las 20:00, el jurado está convocado en La Tape (Calle de San Bernardo, 88, Madrid), donde dispondrá de la parte de arriba para la cata, y nosotros podremos charlar o beber al lado o abajo.
Recordad que el espíritu de esto es, además de conocer a los expertos que juzgarán el casi un centenar de cervezas caseras presentadas, poder conocer a otros homebrewers aficionados e intercambiar opiniones, ideas y, por qué no, incluso botellas. En los comentarios de esta entrada podéis confirmar vuestra asistencia y ofreceros a realizar intercambios con otros que se acerquen (el año pasado funcionó bastante bien). Nosotros también estaremos, y estaremos encantados de charlar un rato, cuando las obligaciones organizativas nos lo permitan.
Ah, y antes de que nos olvidemos; todo parece indicar que la entrega de premios será el siguiente sábado, día 21 de febrero, a las 18:00. Así que id apuntándolo en vuestras agendas. Cogiendo billetes. Desempolvando el esmoquin. Es la gala más molona de la cultura española desde los Goya (o sea, de este mes). ¡Os esperamos! ¿Vendréis?
The Beer Times (114)
Ya ha pasado lo peor del temporal del frío. Ahora podemos ir a la nieve o leer enlaces sobre cervezas.
Sábado Cervecero Animado (8)
Volvemos a la carga para animar los sábados a base de gifs cerveceros bien animados. Y os animamos a abriros una cerveza. Con clase, a lo bruto, con vuestros propios medios, o como sea. Todo (o casi todo) es válido para abrirla.
Y si estos métodos no te convencen, ya sabes que nos encantan los abridores. Tanto que inauguramos esta sección con una tanda similar. Pero los hay más convencionales en sus entradas habituales (aunque no menos divertidos).
Y si estos métodos no te convencen, ya sabes que nos encantan los abridores. Tanto que inauguramos esta sección con una tanda similar. Pero los hay más convencionales en sus entradas habituales (aunque no menos divertidos).
Sapporo Premium Beer
¿Qué os tenemos dicho de las cervezas que se autodenominan como “Premium”? ¿O de las que destacan que “Importan” (y no es del verbo que significa tener importancia o relevancia)? ¿No ha sido eso suficiente para que dejéis esta cerveza en la estantería? Pues se ve que no. Y que a nosotros tampoco, pero hacemos la prueba por vosotros.
Vamos, digo hacemos, pero en verdad hemos aprovechado que tenemos dos Becarios nuevos para bajar al sótano y volcársela en su bebedero. Lo curioso es que el Becario ha dejado que fuese la Becaria la que bebiese la primera cerveza que les echamos en semanas. ¿Será galantería de caballero? ¿Estará intentado ligar con ella? ¿O sin más no se fía de nosotros y cree que le vamos a dar algo envenenado? ¡Como si “Premium” no fuese lo suficientemente malo! Tal vez su plan sea librarse primero de ella, luego de nosotros, y hacerse con el control del blog. Pero no, no creo, parece que la mira con ojillos golosos (o eso o la falta de costumbre a la luz le hace bizquear ya).
Bueno, al tema. Un par de latigazos y empiezan a redactar: Esta Sapporo es una lager con arroz (¡toma, como la Damm, con la que comparte también logotipo, ya ves!), de color ámbar claro, arena, pero limpia y brillante, con espuma abundante aunque jabonosa.
El aroma y el sabor son bastante neutros, tirando a maltoso y a grano. Pero en general ni fu ni fa ni limoná. En fin, que esta cerveza de 5% ABV, si fuese barata no estaría mal… pero es que es todo lo contrario. Cara de cojones. No sé ni para qué la cogimos para los Becarios.
“Mi opinión en un Tweet:” Si quiero gastar tanta pasta en arroz, me pido un risotto. Nota: Insuficiente.
Vamos, digo hacemos, pero en verdad hemos aprovechado que tenemos dos Becarios nuevos para bajar al sótano y volcársela en su bebedero. Lo curioso es que el Becario ha dejado que fuese la Becaria la que bebiese la primera cerveza que les echamos en semanas. ¿Será galantería de caballero? ¿Estará intentado ligar con ella? ¿O sin más no se fía de nosotros y cree que le vamos a dar algo envenenado? ¡Como si “Premium” no fuese lo suficientemente malo! Tal vez su plan sea librarse primero de ella, luego de nosotros, y hacerse con el control del blog. Pero no, no creo, parece que la mira con ojillos golosos (o eso o la falta de costumbre a la luz le hace bizquear ya).
Bueno, al tema. Un par de latigazos y empiezan a redactar: Esta Sapporo es una lager con arroz (¡toma, como la Damm, con la que comparte también logotipo, ya ves!), de color ámbar claro, arena, pero limpia y brillante, con espuma abundante aunque jabonosa.
El aroma y el sabor son bastante neutros, tirando a maltoso y a grano. Pero en general ni fu ni fa ni limoná. En fin, que esta cerveza de 5% ABV, si fuese barata no estaría mal… pero es que es todo lo contrario. Cara de cojones. No sé ni para qué la cogimos para los Becarios.
“Mi opinión en un Tweet:” Si quiero gastar tanta pasta en arroz, me pido un risotto. Nota: Insuficiente.
Lúpulo: Magnum
Aunque tenga nombre de arma de película estadounidense, el Magnum es un tipo de lúpulo alemán desarrollado en el Hop Research Center de Huel. Se trata de un lúpulo que se cultiva desde 1980, obtenido de un cruce entre los lúpulos Galena y un macho alemán.
Su uso está muy extendido debido a su elevado porcentaje de alfa-ácidos, concretamente entre un 12 y un 15%. Posee un aroma frutal, pero demasiado ligero, por lo que se usa para impartir sobre todo un fuerte y limpio carácter amargo intenso.
Debido a su alto potencial amargo se suele usar en estilos que lo pidan, como Pale Ales e IPAs, aunque los alemanes (donde sobe todo se cultiva) lo usan también para las Lagers. Y no es extraño verlo en alguna Stout o similar.
Por ejemplo, de entre las que llegan a España, lo puedes encontrar en las Sierra Nevada más habituales: la Pale Ale y la Torpedo Extra IPA, pero te va a costar diferenciar sus sabores y aromas, porque, como hemos dicho, se usa sobre todo para dar amargor a punta de alfa ácidos.
Su uso está muy extendido debido a su elevado porcentaje de alfa-ácidos, concretamente entre un 12 y un 15%. Posee un aroma frutal, pero demasiado ligero, por lo que se usa para impartir sobre todo un fuerte y limpio carácter amargo intenso.
Debido a su alto potencial amargo se suele usar en estilos que lo pidan, como Pale Ales e IPAs, aunque los alemanes (donde sobe todo se cultiva) lo usan también para las Lagers. Y no es extraño verlo en alguna Stout o similar.
Por ejemplo, de entre las que llegan a España, lo puedes encontrar en las Sierra Nevada más habituales: la Pale Ale y la Torpedo Extra IPA, pero te va a costar diferenciar sus sabores y aromas, porque, como hemos dicho, se usa sobre todo para dar amargor a punta de alfa ácidos.
Thornbridge Hall Bracia
La cerveza que hoy nos ocupa no tiene un estilo especialmente definido. Está catalogada como Rich Dark Ale, que no consta en las guías habituales, y su nombre Bracia hace referencia a un antiguo, muy antiguo, brebaje. De él se saben pocas cosas, como que estaba hecho con miel y era de alta graduación alcohólica. Ambas cosas las encontramos en este engrudo que nos trae la cervecera inglesa Thornbridge.
Visualmente, notamos similitudes claras con las Russian Imperial Stout: una cerveza negra opaca, densa, con una espuma de color marrón, cremosa, y que tarda poco en reducirse a una fina corona que rodea el vaso.
En nariz, lo primero que destaca es su complejidad. Está hecha con ocho maltas y cinco lúpulos, y pese a que el perfil es casi al cien por cien maltoso, notamos un fondo de hierba fresca muy agradable. El olor no es tan a tostado como nos daría a pensar el color, y más allá de lo obvio encontramos melaza, bizcocho, galleta y un sinfín de matices. El alcohol, pese a estar presente, se integra a la perfección. Una vez probamos la cerveza, todas las impresiones que teníamos en nariz se confirman y aumentan, añadiendo otras capas de sabor como un toque ahumado, algo de miel (menos de lo que cabría esperar teniendo en cuenta que lleva miel de castaña) y todo sobre un delicioso lienzo de café y cacao.
Esta es una cerveza para tomar con calma, ya que su nada despreciable 10% ABV nos la puede jugar si vamos con prisas. Y, qué carajos, porque es una cerveza tan buena que no te la querrás terminar. Sorprende la bebibilidad que tiene teniendo en cuenta su cuerpo y graduación. Viene en botella de 50 cl., tamaño que la hace ideal para compartir (o beberla a caraperro, a elegir) y lo suyo es tomarla como uno de anuncio de Budweisser (de los "malos"), en snifter o similar.
“Mi opinión en un Tweet:” La prima buenorra de la Imperial Stout más maciza. Nota: Sobresaliente.
Visualmente, notamos similitudes claras con las Russian Imperial Stout: una cerveza negra opaca, densa, con una espuma de color marrón, cremosa, y que tarda poco en reducirse a una fina corona que rodea el vaso.
En nariz, lo primero que destaca es su complejidad. Está hecha con ocho maltas y cinco lúpulos, y pese a que el perfil es casi al cien por cien maltoso, notamos un fondo de hierba fresca muy agradable. El olor no es tan a tostado como nos daría a pensar el color, y más allá de lo obvio encontramos melaza, bizcocho, galleta y un sinfín de matices. El alcohol, pese a estar presente, se integra a la perfección. Una vez probamos la cerveza, todas las impresiones que teníamos en nariz se confirman y aumentan, añadiendo otras capas de sabor como un toque ahumado, algo de miel (menos de lo que cabría esperar teniendo en cuenta que lleva miel de castaña) y todo sobre un delicioso lienzo de café y cacao.
Esta es una cerveza para tomar con calma, ya que su nada despreciable 10% ABV nos la puede jugar si vamos con prisas. Y, qué carajos, porque es una cerveza tan buena que no te la querrás terminar. Sorprende la bebibilidad que tiene teniendo en cuenta su cuerpo y graduación. Viene en botella de 50 cl., tamaño que la hace ideal para compartir (o beberla a caraperro, a elegir) y lo suyo es tomarla como uno de anuncio de Budweisser (de los "malos"), en snifter o similar.
“Mi opinión en un Tweet:” La prima buenorra de la Imperial Stout más maciza. Nota: Sobresaliente.
BBF 2015: BOM Brewery
Otro año más, los responsables del Barcelona Beer Festival nos hacen llegar su listado de cervezas que van a estar presentes en los grifos, animándonos a elegir una y hablar sobre ella. Como generalmente hablamos de los estilos ingleses (nuestros favoritos, habitualmente), este año hemos elegido una marca belga, poco conocida aquí, pero interesante. Y es que Flandes está lleno de buena cerveza que merece la pena conocer (visitándolo de turismo o trayéndolas).
Lo interesante de la BOM Brewery (BOM de Belgian Original Malt) es que crea sus propias maltas a partir de malta base para tener siempre el producto personalizado y fresco, ya que lo hacen justo antes de elaborar. Y, pese a elaborar de manera “gypsy”, es una marca con todo un nombre detrás, ya que Bert Van Hecke, el responsable de todos los procesos, ha trabajado en grandes marcas belgas como Orval, Rodenbach, Boon o San Bernardus.
En el Barcelona Beer Festival de este año podremos encontrar dos referencias. La Triporteur From Heaven (una cerveza rubia lupulada de 6,2% ABV con algo de trigo) y la Triporteur From Hell (una cerveza oscura y torrefacta de 6,6% ABV). Ellos no las asignan ningún estilo clásico bajo la teoría de que, si usan maltas que son propias y antes no existían, no pueden clasificarse tampoco dentro de los estilos que existían anteriormente. Interesante. Así que esto nos tendrá que valer.
Tenemos pendiente beberlas, por lo que, en cuanto las hayamos catado, actualizaremos la entrada con nuestras opiniones y una aproximación de estilo según nuestros paladares. Nos vemos en el Barcelona Beer Festival, y allí nos decís vuestra opinión, ¿de acuerdo?
Lo interesante de la BOM Brewery (BOM de Belgian Original Malt) es que crea sus propias maltas a partir de malta base para tener siempre el producto personalizado y fresco, ya que lo hacen justo antes de elaborar. Y, pese a elaborar de manera “gypsy”, es una marca con todo un nombre detrás, ya que Bert Van Hecke, el responsable de todos los procesos, ha trabajado en grandes marcas belgas como Orval, Rodenbach, Boon o San Bernardus.
En el Barcelona Beer Festival de este año podremos encontrar dos referencias. La Triporteur From Heaven (una cerveza rubia lupulada de 6,2% ABV con algo de trigo) y la Triporteur From Hell (una cerveza oscura y torrefacta de 6,6% ABV). Ellos no las asignan ningún estilo clásico bajo la teoría de que, si usan maltas que son propias y antes no existían, no pueden clasificarse tampoco dentro de los estilos que existían anteriormente. Interesante. Así que esto nos tendrá que valer.
Tenemos pendiente beberlas, por lo que, en cuanto las hayamos catado, actualizaremos la entrada con nuestras opiniones y una aproximación de estilo según nuestros paladares. Nos vemos en el Barcelona Beer Festival, y allí nos decís vuestra opinión, ¿de acuerdo?
Debate: Fecha de Consumo Preferente
El otro día nos metimos en las redes sociales en un debate que, como siempre, queremos proponeros también a vosotros, lectores. Todo comenzó con una foto de una cerveza artesana española, etiquetada como primer lote, de estilo Pale Ale de 5%ABV, con una fecha de consumo preferente que distaba casi dos años aún. Obviamente, nos sorprende que alguien afirme (sin tener la experiencia previa ya que es el lote 1) que una cerveza de esas características aguanta bien casi dos años. Y así lo pusimos. Pero claro, al final, todo se reduce a saber bien “cuál es la definición, según la legislación vigente, del término Fecha de Consumo Preferente”.
Así que buscando un poco, encontramos que la fecha de consumo preferente se pone en los alimentos que, por sus características, son duraderos y más estables, y que siguen siendo seguros para el consumidor una vez pasada dicha fecha, siempre que se respeten las instrucciones de conservación (e indica que, si fuese preciso, estas indicaciones se completarán con la referencia a las condiciones que deben observarse para asegurar la duración indicada )y su envase no esté dañado; pero que, sin embargo, pueden empezar a perder sabor y textura a partir de entonces. (Fuentes: RD 1334/1999, Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, el Reglamento (UE) Nº 1169/2011 y la Directiva 2000/13/CE)
Con lo cual entendemos que si requieren unas condiciones para alcanzar la fecha total que los frikis habitualmente conocemos, pero el consumidor potencial no, deberían incluirlo en el etiquetado (o sea, lo de conservar en lugar oscuro, fresco y seco, en posición vertical, al menos). Y que, si a partir de dicha fecha “puede empezar a perder sabor y textura”, significa que antes NO. O no, al menos, de una manera perceptible y clara, conservando sus características iniciales. Y ya por último, meternos en el jardín de que, para determinar con exactitud dicha fecha, los elaboradores deberían hacer unos estudios de vida útil de su producto, creemos, y hasta entonces poner fechas que tiren más a conservadoras que a entusiastas.
Pero bueno, vaya parrafada hemos echado. Ahora queda que opinéis vosotros sobre cómo deberían usar esta fecha (ya que están obligados a ponerla en las cervezas de menos de 10% ABV), y que otras indicaciones creéis que deberían dar. Esperemos que los productores también participen (y expongan las pegas de poner fechas cortas, por ejemplo), y que tomen nota de la opinión de los consumidores.
Así que buscando un poco, encontramos que la fecha de consumo preferente se pone en los alimentos que, por sus características, son duraderos y más estables, y que siguen siendo seguros para el consumidor una vez pasada dicha fecha, siempre que se respeten las instrucciones de conservación (e indica que, si fuese preciso, estas indicaciones se completarán con la referencia a las condiciones que deben observarse para asegurar la duración indicada )y su envase no esté dañado; pero que, sin embargo, pueden empezar a perder sabor y textura a partir de entonces. (Fuentes: RD 1334/1999, Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, el Reglamento (UE) Nº 1169/2011 y la Directiva 2000/13/CE)
Con lo cual entendemos que si requieren unas condiciones para alcanzar la fecha total que los frikis habitualmente conocemos, pero el consumidor potencial no, deberían incluirlo en el etiquetado (o sea, lo de conservar en lugar oscuro, fresco y seco, en posición vertical, al menos). Y que, si a partir de dicha fecha “puede empezar a perder sabor y textura”, significa que antes NO. O no, al menos, de una manera perceptible y clara, conservando sus características iniciales. Y ya por último, meternos en el jardín de que, para determinar con exactitud dicha fecha, los elaboradores deberían hacer unos estudios de vida útil de su producto, creemos, y hasta entonces poner fechas que tiren más a conservadoras que a entusiastas.
Pero bueno, vaya parrafada hemos echado. Ahora queda que opinéis vosotros sobre cómo deberían usar esta fecha (ya que están obligados a ponerla en las cervezas de menos de 10% ABV), y que otras indicaciones creéis que deberían dar. Esperemos que los productores también participen (y expongan las pegas de poner fechas cortas, por ejemplo), y que tomen nota de la opinión de los consumidores.
The Beer Times (113)
Que dice el del tiempo que, esta semana, un frío del carajo y nieve. Tú quédate en casa con una birra leyendo estos enlaces sobre cervezas.
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