Y la cerveza es una Scotch Ale o Wee Heavy pero a medio camino ya de poder ser una Barley Wine. Vamos, un cervezón. De color marrón, rojizo. Con poca espuma, también ligeramente marrón.
Huele a Pedro Ximenez, a moscatel, a madera, a vino andaluz, a uvas pasas. Enamora al primer olfateo. Y en boca es dulce y seca, como un jerez. Pero de los buenos. Compleja, densa, afrutada y deliciosa.
Una cerveza de las que te tomarías unas cuantas, si no fuese porque tiene 8.5% ABV y tu cabeza (o el estómago, lo que sucumba antes frente a sus hachazos) no te lo permitiría. Mejor beberla con calma en
“Mi opinión en un Tweet:” Te partirá la cabeza en dos, y disfrutarás mientras lo hace. Nota: Matrícula de honor.
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