De un tiempo a esta parte, el funcionamiento de la hostelería especializada en cerveza ha cambiado mucho, como bien sabrá cualquier implicado que lleve trabajando los últimos 10 años. La increíble cantidad de oferta, que rompe contra las barras como oleadas de un huracán, ha socavado en gran medida los productos antes establecidos y la fidelidad a las marcas.
Antes, un bar podía tener 3 o 15 grifos, y 20 o 200 botellas, pero era algo más o menos fijo y estable, con lo cual podías elaborar una carta para el público que sirviese de presentación detallada de todo este producto.
Actualmente no. La mayoría de los bares cerveceros tienen una rotación altísima en barril y bastante variable en botellas (o latas). Por lo que cada vez se ven menos cartas completas donde conocer las características (y el precio) de la oferta de la que dispone el bar. Los barriles se cuentan en la pizarra y las botellas… las ves en las cámaras y poco más.
Creemos que es una cosa que se debe corregir, al menos en parte, para favorecer la introducción de la cerveza a la gente que no está ya metida en el mundillo. Que hay que reivindicar el valor divulgativo de las cartas de cerveza que existían antes. Pero, ¿cómo se puede hacer esto en el mercado actual?
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