La cerveza de la que hablamos hoy es una cosa muy especial (de las que no son cervezas para el día a día ni para todos los públicos) pero que si la encontráis –o una parecida- y queréis daros un homenaje, seguro que al menos no os dejará indiferentes.
Para empezar porque es una “Poderosa” Imperial Ale de 11% ABV, con jaggery (azúcar no refinado asiático) y ahumada con Manuke (un árbol de Nueva Zelanda, que es de donde viene la cerveza). Y por si esto fuera poco, envejecida 5 meses con roble americano. Está claro que no es una “cerveza” como tu abuelo entiende que es la “cerveza”.
Y es que es de color marrón oscuro, turbio. La espuma es escasa y de baja persistencia, pero la poquísima que queda es de color beis claro. El aroma es maltoso (tostado y caramelo), de intensidad media, y con mucha presencia de madera. En boca es muy intensa. MUCHO. Y fuerte. Pero rica y sabrosa, densa, alcohólica, algo ahumada e incluso picante, y completa.
Eso sí, es para beber despacito y saborearla, como si fuese una Barley Wine pero subida de tono. En copa tipo coñac o snifter. Y dejando que su calor invada el cuerpo una noche que refresque. Después de la cena, claro, para que tampoco se nos suba mucho a la cabeza.
“Mi opinión en un Tweet:” Ponle alambre de espino alrededor para que no te la roben. Nota: Notable.
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