Queremos ir introduciendo poco a poco conceptos más avanzados de la combinación de bebida y comida (en este caso centrándonos en la cerveza, claro). A esto también se le conoce como maridaje. Y siempre hemos hablado de ello, habitualmente en cada reseña de cerveza, tras la cata, indicando con que alimento combinaría bien.
Pero otras veces hemos dedicado secciones a recomendar cervezas para los platos más típicos de la navidad en las diferentes regiones de España. O incluso propusimos debates en los que contar vuestras experiencias personales con los maridajes cerveceros.
Ahora queremos ir más allá, y tratar una serie de conceptos básicos para luego irnos adentrando en los diferentes factores a tener en cuenta a la hora de combinar cerveza y platos. Con ejemplos prácticos, desde luego. Y hoy empezaremos con lo primero: los Tipos de maridaje.
Y podemos distinguir dos o tres tipos básicos de maridaje: El primero, Maridaje por Afinidad, en el que podemos distinguir a su vez dos clases. Cuando la cerveza y la comida comparten sabores muy similares, podemos hablar de Maridaje por Acompañamiento (o semejanza). Este es el caso de las cervezas negras tipo Stout y el chocolate, por ejemplo. Cuando la cerveza y la comida no comparten sabores concretos, pero entran en armonía y se refuerzan, hablamos de Maridaje por Complementación. Esto ocurre por ejemplo con platos de pasta y especias y cervezas de estilo Belgian Strong Golden Ale.
Por otro lado, encontramos el Maridaje por Contraste, en el que las características del alimento y de la cerveza son muy diferentes, pero precisamente eso es lo que hace que combinen bien. Un buen ejemplo de esto son las cervezas lupuladas y carbonatadas, como una Hoppy Lager, usándose para limpiar el paladar y refrescar con la comida especiada o pesada y grasa, como un taco mejicano. ¿Cuál creéis que os gustará más?
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