Para ello debemos conocer primero, eso sí, qué son las aurículas y las lígulas (partes de las gramíneas, en el inicio de la hoja). La lígula es un apéndice o saliente membranoso que aparece en el limbo, donde se une la lámina (la hoja) con la vaina (lo enrollado en el tallo).
Y la aurícula es un lóbulo foliáceo (o sea, como un trozo de hoja que asoma) alrededor de ese mismo limbo, cubriendo alrededor del resto del tallo. Y con ambas cosas podemos establecer la siguiente clasificación:
- La cebada tiene una aurícula que da la vuelta competa al tallo, y lígula con dientes en su extremo.
- El trigo tiene también una aurícula que da la vuelta competa al tallo, pero su lígula no tiene dientes en su borde.
- La avena tiene aurículas que no abarcan completamente el tallo, y su lígula es ovaladas y sin dientes.
- El centeno tiene también aurículas que no abarcan completamente el tallo, pero su lígula tiene dientes cortos, triangulares.
Entonces si tenéis dudas (sobre todo cuando el cereal aún no ha florecido y espigado, y es cuando más cuesta diferenciarlo) sólo tenéis que mirar estas dos cosas y buscar en la planta que queráis identificar cómo es su aurícula y su lígula. ¡Y con eso ya seréis verdaderos expertos etnobotánicos especializados en cereales!
cool
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