De esta marca inglesa relativamente moderna (lleva en activo sólo desde 2013), las cosas que hemos ido probando nos han gustado en general, por eso no ha de sorprenderos que hablemos de ellas con cierta asiduidad.
Por ejemplo, de esta Oatmeal Pale Ale (una medio-antecesora de la moda de las NEIPAs) que lleva, como su nombre indica, malta Pale y Avena (además de malta caramelo). Su color es de arena, un poco turbia, y más oscura de lo que imaginas en principio. La espuma es blanco roto, abundante, y esponjosa –aunque no con una presencia abrumadora-.
El aroma es lupulado (lleva Cascade y Palisade), lo que le da un toque cítrico y floral bastante agradable. Y el sabor, siendo un poco des-equilibradamente amarga, destaca por los matices a frutos secos del conjunto. Todo ellos con notas especiadas y afrutadas, a mayores.
Vamos, que con sólo 4,5% ABV logra una complejidad que ya querrían para sí cervezas mucho más potentes y renombradas. Esta da lo que puede prometer una marca moderna, y lo cumple sobradamente, sin irse de precio.
“Mi opinión en un Tweet:” Sigue la corriente oculta hasta los cantos de sirena de las tendencias subyacentes. Nota: Bien alto.
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