Hacía mucho que no hablábamos de una cerveza de este estilo de abadía, rubio, alcohólico y seco que son las Triples. Y bueno, es porque no es nuestro estilo favorito (y con esto quiero decir que es de los menos favoritos, claro). Pero esta no está mal, es muy agradable.
Recibe su nombre de un monasterio cisterciense al este de Bélgica. Se supone que su receta sigue los parámetros de la que antiguamente hacían los monjes. No sé. Pero es verdad que no es mala Triple. El color es amarillo pajizo, tirando a oscuro, con espuma densa y compacta, que deja Encaje de Bruselas al irse desvaneciendo.
El olor predominante es el del cereal, pero ya deja percibir su componente alcohólico. En boca, el sabor es dulce, pero tiene un final seco, amargo y aromático. No está mal, quizá es más moderada que otras Triples y por eso nos ha gustado más.
Para servirla, igual que otras abadías, se recomienda cáliz (con la boca un poco cerrada si quieres apreciar más los aromas). La temperatura adecuada es media (unos 8 o 9 ºC), y acompañarla de comidas de sabores suaves, pero que alimenten, que tiene un 9% ABV.
“Mi opinión en un Tweet:” Una Triple moderada y recomendable. Nota: Bien.
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