Hoy, retomamos hablar de las cervezas que bebimos en el Barcelona Beer Festival, y el nexo común que las une es su peculiaridad. No vamos a hablar de cervezas “normales”, si no de las más diferentes entre las que nos gustaron.
Por ejemplo, la Dama Brun-A, de Loverbeer (6,7% ABV), una cerveza ácida al estilo flamenco (o sea, una bruin envejecida en madera), afrutada, dulce y con ese toque salvaje tan de moda. Pero ideal para los clásicos. O la Cantillon Iris, una Lambic (5%) con bastante (para Bélgica) trigo, y una suavidad moderada. Nada muy agrio para paladares delicados.
Mención aparte merece la Pivovarsky Dum Coffee Lager (4,5 % ABV), una lager negra con un absoluto olor y sabor a caramelo de café. Puro Cafedry, Kopiko y un poco de Werther’s Original. ¿Lo peor de todo? Que nos encantó. Y ahora podéis retomar aquel viejo debate y echárnoslo en cara.
Como podéis ver, intentamos ir contracorriente, y evitamos el amargo durante todo el festival (aunque caímos en cosas como la Samuraj IPA, la Brevnov IPA o la Hello! My name is Ingrid, que generó las colas más largas que hemos visto las tres veces que fue pinchada), y hubo otras que nos gustaron aunque no de para escribir con detalle todo (L’Anjub Julliet, Cocoa Psycho, Verdi IS, Black Block, Don Diego, Black Mamba, etc).
Y en breve, en unas horas, las que no nos gustaron. Atentos a sus pantallas, que sabemos que es lo que os gusta.
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