Otra de las cosas que vemos que sucede en el mundo de la cerveza y que ha sucedido en el mundo de los cómics es la normalización de su consumo. Nosotros aún recordamos una época donde ser un adulto que lee tebeos era una cosa muy rara y muy freak (fans, según Piñol). Algo parecido pasa con las cervezas “diferentes”. Salirse de las cañas e ir a la importación, al craft y a la artesana era algo que se reducía a un círculo muy minoritario.
En los cómics eso cambió gracias a que las grandes productoras de cine adaptaron para el gran público casi cualquier franquicia posible, dándolas a conocer y permitiendo que ahora, hasta tu abuela sepa que Tony Stark es Iron Man, un Vengador. Y que haya sección de cómics en casi todas las librerías, grandes superficies, etc. Y encontrar camisetas de superhéroes en tiendas de ropa a precios asequibles, y no sólo las de importación de USA que había en las tiendas especializadas.
¿No os suena, en serio? Ahora ya hay IPAs en el supermercado. No tardarán en sacar también las grandes marcas Imperial Stouts (o Saison, o lo que la moda marque) para que podamos encontrarlas en cualquier lado. Y en poco tiempo tu abuela ya sabrá distinguir una Weissbier de una Berliner Weiss.
Así que nos parece que sí, que lo que hemos visto en los cómics lo veremos, en este sentido, en la cerveza. Y lo celebramos, como frikis que somos, ya que nos encanta que haya cuatro o cinco estrenos anuales hechos para nuestros gustos, y esperamos que acaben gustando también al otro 99% de la población, aunque eso implique que se vuelva un poco “mainstream”.
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