En el pueblo de Falmignoul, en la provincia valona de Namur, en Bélgica, se sitúa la pequeña Brasserie Caracole. Una micro cervecería bien artesanal y tradicional. Tanto, que es la única que continúa elaborando su cerveza con un calentador a fuego de leña directo.
Esto hace que mantener la temperatura sea realmente un trabajo para expertos y da a las cervezas un toque especial de caramelizado. Y en esas instalaciones tan antiguas (y tan a la vista), elaboran tiradas de hasta 50 hl cuatro veces al mes.
Luego, en la parte de atrás, tienen la instalación un poco más moderna, con enfriador de placas, fermentadores con camisa, embotelladora semi-automática, etc. Y un sótano donde dejan las botellas durante dos semanas para la segunda fermentación (los barriles no tienen acondicionamiento, se les inyecta CO2).
El etiquetado se hace después, dependiendo del destino de las botellas, ya que dos terceras partes de la producción son para exportación. Y es que, aunque parezca una mini-cervecería vieja, llega a los EEUU, a toda Europa y parte del extranjero.
Tras la visita (en francés) en la que explican el proceso y la historia de la fábrica (bastante detallado y completo), llega la cata de 4 de sus variedades. Se supone que sólo tienen cuatro, pero como algunas las hay en versión bio o no-bio, pues realmente podría decirse que tienen seis.
Nos dieron a probar la Troublette Bio (una wit de 5,5% ABV con ¡vinagre!), la Saxo (rubia de 7,5% ABV con cilantro), la Caracole Ambree Bio (ámbar de 7,5% ABV con cáscara de naranja) y la Nostradamus (tostada alcohólica con 9% ABV, y, a nuestro parecer, la mejor de las cuatro con diferencia); todo ello acompañado de unas demasiado breves explicaciones.
Como curiosidad, aún tienen tiempo para elaborar para terceros una serie de cervezas bajo el nombre de Forestinne, que allí en Bélgica se encuentran relativamente fácilmente.
En conclusión, una fábrica que merece la pena verse por su tradicional sistema de calderas y que además está bien situada en el medio de la zona valona de Bélgica, lo cual permite detenerse en cualquiera de los trayectos entre el norte y el sur.
Gran visita, y peazo modelo para las fotos, jaja :-). Interesante el tema del calentador con fuego de leña: no deben quedar muchas que sigan manteniendo este método. En cuanto a birras, he podido probar la Caracole y la Saxo, ambas bien correctas y, dentro de ser muy belgas, con un punto distinto a lo que se hace en general. ¡Salud Rodrigo!
ResponderEliminarJoan: Pues te falta probar la Nostradamus, la mejor de las 6, opino yo (y mis acompañantes). Y lo de la leña... posiblemente sea la última que lo haga. O eso entendí.
EliminarA ver si nos vemos proximamente! Un abrazo!
Interesante post! Si es que el birroturismo en Bélgica es imprescindible. En Archennes se organiza el Festival de Cerveza de Degustación este fin de semana. Tenéis más información en http://bit.ly/archennes
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, la nostradamus es un maldito manjar de Dioses!!, una pena no haberme pasado tras haber estado cuatro días en Namur...
ResponderEliminarMuy buen resumen de la fábrica. Hoy he probado Caracoles y me ha defraudado porque me esperaba una tostada como Nostradamus pero no llega ni de lejos. No quiero decir que sea mala pero la Nostradamus por el momento es la mejor tostada que he probado este año. Un saludo
ResponderEliminarSí, sin duda la Nostradamus es lo mejor de esta casa. Una cerveza a tener en cuenta!
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