El vino y la cerveza son bebidas primas hermanas. Ambas son fermentadas, y la diferencia radica en qué se fermenta. En un caso, mosto de uva. En el otro, mosto de grano. En el segundo caso, además, añadimos lúpulo y debemos hacer un macerado con agua, con lo que tenemos control sobre más ingredientes. Pero el problema, si se le puede llamar así, siempre ha sido de clase. Mientras que el vino ha sido una bebida casi aristocrática (a veces sin el casi), la cerveza se ha tildado de bebida vulgar. Podríamos estar horas hablando sobre vino y cerveza. De hecho quizá lo haremos. Pero de momento, nos vamos a centrar en las cosas del mundo del vino que NO queremos importar al mundo cervecero.
1- El esnobismo. Vivimos en un país de postureo. El Lazarillo de Tormes ya lo mostraba mediante la figura del Escudero, un tipo que prefería gastar lo poco que tenía en aparentar antes que en comer. Así, mientras que en los Estados Unidos la mayoría de manuales se centran en dejar el elitismo del vino a un lado y acercarse al pueblo, aquí se usa el vino para dárselas de persona de nivel. Haced el experimento: buscad libros sobre vinos en España. La mayoría intentan buscar grandes vinos pero que sean baratos. Lo de siempre: buscar grandes servicios a precio de ganga. Aparentar. El Gin Tonic ha tomado el testigo (o por lo menos lo comparte), aunque parece que la fiebre va a menos. Esperamos no contaminarnos demasiado de esta suerte de epidemia, aunque muchos sigan empeñados en transformar la cerveza en oro. Queremos poder seguir bebiendo a precio decente, justo. Y esto no quiere decir, necesariamente, de ganga.
2- Escupir. Antes que nada, aclarar que no estamos hablando de pornografía. Dicho esto, podemos continuar. Nosotros preferimos tragar que escupir. Tenemos la suerte que la cerveza tiene gas y amargor, y que para poder evaluarla adecuadamente, necesitamos necesariamente beberla. Por suerte, además, por lo general la cerveza tiene menos alcohol que el vino. Así pues, podemos probar más sin emborracharnos. Además, el tema de las escupideras da bastante grima, para qué engañarnos. Especialmente si ha habido salivación abundante, densa, y los jugos bucales se resisten a abandonar la boca, formando hilos viscosos y momentos ingratos, muy alejados del esnobismo aparente del punto 1.
3- Limitar los ingredientes. El vino está hecho de uva. Fin. Hay muchas uvas, igual que hay muchos lúpulos, pero no deja de ser únicamente un ingrediente. La cerveza en Alemania estaba limitada a tres o cuatro (ya es algo). Pero por suerte, hoy en día podemos experimentar. Mezclas imposibles, añadidos, adjuntos... Y no necesariamente buscando lo obvio. No solamente añadiendo mango para encontrar sabor a mango. Hay cervezas con añadidos de miel que cuando se calientan huelen a flores blancas. Hay cervezas con haba tonka que huelen a lima. Esta es la maravilla de poder jugar con lo que se añade. Siempre que sea con intención y cabeza, claro está. ¡Aprovechemos esta ventaja y no nos autolimitemos!
De momento, no queremos acercarnos al mundo del vino moderno en estos tres puntos. Hay muchísimos en los que sí. Y también los trataremos, claro. Porque de mundos paralelos, o casi, se puede aprender muchísimo. De lo que hacer… y de lo que no.
"El vino está hecho de uva. Fin. Eso no es correcto. Hay vinos especiados: retsina, vermouth o el glüwein Alemán. Se puede hacer vino con el jugo de cualquier fruta: en China toman vino de ciruela y acá a menudo compramos vino de cassis (muy rico) y he tomado vino de guinda, de cereza y de grosellero.
ResponderEliminarEn cuanto al esnobismo en la cerveza, llegó hace rato, como en cualquier otro campo donde hay gente que piensa que sus gustos y preferencias son un estándar objetivo de calidad. Ejemplo claro de ello es la creencia de que en España no hay cultura cervecera (o no la había hasta que empezaron las catas, los festivales, las IPAs y los beer bars).
Por otro lado, en mi opinión, snobismo no es lo mismo que el postureo y la pretensión; que también existen en la cerveza: "artesanal", "de autor", "gourmet", "notas de cata", "degustación", "maridaje", "la copa adecuada"... todo eso tiene mucho de pretensioso y, como todo lo pretensioso, está muy alimentado por el marketing, por motivos más que evidentes. La diferencia quizás radica en que el discurso marketinero en la cerveza está dominado por un mensaje más masivo que presenta a la cerveza como una marca, y no tanto como un producto, mientras que el del vino se orienta más hacia el producto y su origen.
Para terminar, no estoy de acuerdo con que buscar grandes servicios a precio de ganga sea aparentar. No lo es, se trata solamente de querer obtener el mayor valor posible a cambio de tu dinero.
No queremos el esnobismo en la cerveza, eso no quita que ya se haya instalado, por desgracia en algunos lugares es así. Respecto lo de los ingredientes es verdad, por definición amplia de vino se puede fermentar cualquier fruta, pero los -digamos- puristas no consideran el vermouth vino. Muchas grandes guías lo consideran una bebida aparte, de manera debidamente justificada aunque probablemente incorrecta centrándonos al tema etimológico. Y respecto lo del final, buscar grandes servicios a precio de ganga no es SIEMPRE señal de esnobismo, pero comprar algo económico con la coletilla "hará que parezca un vino de los caros" sí. Y para muestra un botón:
Eliminarhttps://www.amazon.es/Floureon-Herramientas-Sacacorchos-El%C3%A9ctrico-Accesorios/dp/B011XH2V0A/ref=sr_1_7?ie=UTF8&qid=1460042313&sr=8-7&keywords=vacio+vino
Eso de "hará que parezca un vino de los caros" es más que nada el resultado de paupérrima redacción publicitaria, lo cual no me extraña dado el tipo de producto (me hace acordar un poco al generador de espuma, y en menor medida, a estos vasos especialmente diseñados para tal o cual tipo de cerveza--puro vendehumismo).
EliminarDe todos modos, el artefacto este no es ejemplo de buscar buen servicio a precio de ganga--eso sería usar servicios como Groupon. Este ejemplo es más análogo a comprar una remera o una cartera barata con el logo de una marca cara.
No dudo que haya elitismo y postureo(aceptando la distinción de pivni filosof aunque muchas veces van de la mano) en mundo del vino pero no es muy diferente al de la cerveza. Tal vez lo que los diferencie sea la dimensión friki que están exportando desde los USA en su extravagante interpretación de lo que es artesano ( malta alemana o belga, maquinaria "microindustrial"etc..). Que no deja de ser otro tipo postureo o una especie de elitismo "indie" con barba. En Stonch lo han resumido muy bien en una sola frase: "Después de todo, para los frikis de la cerveza, esto no trata realmente de la cerveza, se trata de ser friki." Solo hay que pasarse por cualquier feria "artesana" para darse cuenta de esto. Por lo menos algunos de estos frikis hacen buena cerveza, más bien pocos, aunque solo sea por esto aguantaremos tanta tontería.
ResponderEliminarQuiero añadir respecto a los precios del vino que muchas veces no son en absoluto indicativos de calidad. Hay pequeñas bodegas con tiradas de unos pocos centenares de botellas que por estas cosas que tiene el libre mercado sus vinos pueden venderse por 80€ mientras que bodegas con vinos ni mejores ni peores los venden por 20€. Hay muchos factores que influyen en los precios y la calidad no tiene que ser determinante. También hay bodegueros que dicen que hacen reiki a las viñas y tienen la "suerte"(entiéndase en tono irónico) que un parker o un peñin les dan buenas puntuaciones y todos los idiotas del mundo quieren sus vinos, y no digo que no esté buenínisimo, solo que lo que le pone el precio es la tontería.
EliminarPues esas tonterías y elitismos son las que no queremos que se hagan tan patentes como en el mundo vinícola, justo.
EliminarQue, aunque en otros países es diferente, en España ha sido muy cerrado y snob. Y es. Y lo que nos queda.
Otra cosa que también se ve en la cerveza, aunque en menor medida porque no hay un mercado tan receptivo. Mikkeller (y sus imitadores) es un buen ejemplo de ello.
EliminarAh! Se me olvidaba, lo de escupir en las catas llegáis tarde, el "ilustre"(entiéndase también aquí la ironía) Randy "américa es sinónimo de cerveza y lo demás basura" Mosher dice que es necesario escupir. Claro ejemplo de persona que sabiendo mucho, dice muchas tonterías.
EliminarEste comentario lo escribo más que nada porque me parece de mal gusto haber terminado los otros tres con la palabra "tontería".
EliminarEn realidad creo que en España el vino no es elitista. En cualquier gran superficie puedes comprar muy buenos vinos por poco dinero, igual si que hay círculos elitistas que usan ciertos vinos para hacer valer su sentido de pertenencia a esas élites, pero también usan los coches o la ropa. Después en la cerveza están los "enteraos" o "los sabios de Wikipedia" que intentan ajustarse a la estética que esté de moda e intentar aparentar que saben algo. Creo que Óscar Wilde decía algo como esto "se puede fingir que eres sabio, pero ingenioso nunca", lo acabo de mirar en la Wikipedia. El tema del "enterao" es interesante, ya que no tiene necesidad de profundizar en el conocimiento de algo más que lo suficiente para aparentar, que coño,ni siquiera hace falta que le guste.
Yo de hecho creo que el snobismo en el vino es mucho peor en USA que aquí, en parte porque hay menos tradición de beberlo cotidianamente y hasta hace poco tenía cirto aura de producto para "ocasión especial", mientras que en España tradicionalmente se bebía vino a diario.
EliminarLo que está claro es que snobismo en cerveza ya lo hay, ya es tarde para impedir esta "importación"
1 – Esnobismo: llegamos tarde, no hay nada que hacer…imposible
ResponderEliminar2 – Escupir nunca, los receptores del amargor se encuentran en la parte posterior de la lengua y la garganta, si no tragamos la cerveza nos perdemos matices de esta.
3 – Limitar ingredientes… todavía algunos lo hacen. Viva Reinheitsgebot!!!!
Muy de acuerdo con vuestras reflexiones, pero a pesar de esas diferencias que existen entre estas dos bebidas, pienso que deberíamos fijarnos de la cultura del vino y quedarnos con lo bueno.
Saludos
Igual, como cervecero-vinatero bilingue, puedo aportar algo. No las veo como bebidas 'primas' sino hermanas y muy cercanas. A mis levaduras les cuesta un poco aclararse cuando les pongo mosto de uva en el fermentador, pero luego no le hacen ascos y se lo cepillan con deleite. Y voy punto por punto.
ResponderEliminarCreo que las que son primas son nuestras subculturas cerveceras y vinateras. Bueno, los primos somos los que pagamos y mantenemos el postureo que permite vivir, y muy bien, a los impostores en ambos terrenos. Y ahí no se libra nadie. Estoy harto de beber cervezas excéntricas e impotables de Mikkeller y otros talentos del marketing, pero son más baratas que los vinazos de pacotilla que venden su etiqueta 'de autor'.
ResponderEliminarCada subcultura tiene su estereotipo de la otra. Para el vinatero, la cerveza es un refresco simplón que vale para limpiarse la boca después de las catas y, además, el enemigo que le roba público y ventas. Para el cervecero, el vino es pijo y pedante y tiene poca bebestibilidad aunque, en el fondo, tiene ese puntito de envidia ante el estátus social que ha conseguido alcanzar e imita sus ritos de cata, concurso, maridaje... El vino tiene un glamour muy potente y enganchante gracias a esto.
ResponderEliminarEl tópico del cervecero va sobre los vinos pijos, de marketing y un poco industriales mientras que el vinatero tiene el grifo del bar clavado en la mente y no va más allá.
ResponderEliminarPunto uno. Mis amigos elaboradores de vino son verdaderos agricultores que se parten la espalda mimando unas cepas que les triplican la edad y vendimiando en condiciones azarosas para entregar su fruta a las levaduras salvajes. Muy buena gente, verdaderos antipijos. Cuando coincido en un evento con amigos elaboradores de los dos terrenos y los presento el uno al otro, se entienden con naturalidad y se reconocen como colegas. La cerveza craft y el vino 'natural' son cosas tan cercanas que solo las separan la materia prima y los prejuicios.
ResponderEliminarSigo con el punto uno. Espero no dar la vara. Ya digo que creo que aquí puedo aportar. Trabajé tres años en una "guía del vino cotidiano" que buscaba destacar vinis de puta madre de hasta diez euros. Trabajando como he dicho y sin pagar mordids, falsos concursos de compra de medallas ni departamentos de marketing, que encarecen mucho, se puede hacer. Son los que compro ahora, no por el rollo aspiracional que decís sino porque son más de verdad. Por eso también compro buenas birras belgas, españolas y alemanas en el super cuando hacen dos por unos.
ResponderEliminarPunto dos. En una guía o concurso de vinos, puedes catar unos 40-50 por sesión y no bajan de 12°, con lo que escupir es una medida preventiva. Pero nunca escupes todo ni todos: pego traguitos de las cosas emocionantes que lo merecen y, en catas lúdicas, no de curro, con amigos y menos de diez vinos, me los bebo. Por eso agrdecería, como dice Randy Mosher, una escupidera en ferias cerveceras de esas en las que acabas bebiendo medias pintas de birras que no te gustan nada por tema social y porque las has pagado. Digamos qye escupir es una forma de mantener la cabeza fría en situaciones de: trabajo, muchas muestras y alto alcohol. ¡en estas ocasiones es un alivio y te permite elegir lo que te gusta beber! Así que entiendo los recelos pero estoy con Randy. Ya he salido a cyatro patas de un oar de ferias y preferiría tener opción. Si catas con buena técnica pillas todos los maticesb ebiendo poco y escupiendo mucho.
ResponderEliminarPunto 3, y perdonad los fallos en el texto, lo escribo con el móvil. Los ingredientes. El vino tiene, no por ley sino por costumbre, su reicheistgebot: uva, levadura, roble (optativo). De hecho, el roble es el lúpulo del vino aunque yo creo que le sienta mucho mejor a la cerveza por su afinidad con los sabores de la malta. La ética del viticultor implica partirse los cuernos un año en las viñas, hacer el mejor mosto posible con el resultado y esperar que las levaduras propias de su viñedo y bodega, salvajes e impredecibles, lo transformen en una bebida que sepa a esa tierra. Nadie sabe como, pero consiguen que las plantas, las piedras y todo lo que haya por allí acabe en la copa. Es una búsqueda de la pureza un poco mística que admite poca manipulación. Por eso hago cerveza.
ResponderEliminarSoy el anónimo que ha escrito más arriba, pero me llamo Pablo. Luis no te lo tomes a mal pero eso último que has escrito es el típico discurso snob muy bonito que queda muy bien en suplementos gastronómicos y que donde vivo lo usamos para que se vayan fascinados los turistas de ciudad cuando pagan por hacer "enoturismo", antes simplemente venían a beber. Es cierto que cada viña es diferente y que en ella influye todo el ecosistema, pero de ahí a la poesía que parece que si mueves una piedra los espíritus del vino se enfadan va un trecho, el trecho del snob. Hay alguien natural de aquí que se muestra siempre muy modesto diciendo que es un simple agricultor pero en su discurso solo le falta decir que para hacer buen vino en la poda verso yámbico y en el desniete cantar madrigales de monteverdi. Un snob y falsa modestia se traduce en snob al cuadrado y botella a mil euros.
EliminarEn el mundo de la cerveza por ejemplo alguien ha mencionado a mikkeler y hay muchos otros ejemplos de esto, pero los que más rostro le echan son la grandes cerveceras, aprovechan ese nicho de mercado snob para sacar al mercado cosas como ambar10 o las Casimiro que bueno, que me ahorro los calificativos, por no hablar de Almayso que ni la he probado ni pienso, 125€, ahí lo dejo, vaya rostro, no me acuerdo cuanto costaba la utopía de Samuel adams pero puesto a hacer el loco vas a lo seguro. El esnobismo y el postrero están para quedarse y todo el que pueda sacar tajada lo va a hacer.