En nuestra sección que trata sobre los diferentes vasos usados para beber cerveza (por lo general asociados a un estilo o región, además), hoy vamos a tratar sobre uno de los menos habituales. Y no, no es el vaso de tubo (negaos a que os sirvan cualquier cerveza e un vaso de tubo, por principios); es el vaso Stange.
Este vaso es un vaso pequeñito habitualmente (de 20 centilitros) y cristal muy fino, con forma recta de cilindro. Es sencillo, ligero y ocupa poco: ideal para llenar bandejas y mesas con él. Pero poco apreciado fuera de su uso tradicional.
Y es que están asociados con el consumo de cerveza estilo Kölsch en Colonia (el que es más alto) o cerveza estilo Alt en Düsseldorf (el que es más ancho). Quitando allí y para estos estilos, no hemos visto usar un vaso tipo Stange jamás.
Las principales ventajas que le encontramos son que permite apreciar bien los colores de la cerveza, generar una buena cabeza de espuma y que, al ser de tan sólo un “quinto”, nunca va a dar tiempo a que se te caliente la cerveza.
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