Los estilos de cervezas negras alemanas de baja fermentación son bastante reconocibles, aunque no suelen hacer demasiados amigos. Este estilo se denomina Schwarzbier, y significa literalmente eso: cerveza negra.
Por lo tanto, no debe sorprendernos que su color sea negro (aunque con brillos rojizos en las zonas más expuestas). Ni que la espuma (abundante y cremosa) que genera sea de color ligeramente beis. Todo cuadra con llamarse “Dark”.
El aroma es a malta y café, con un poco de pan tostado y caramelo. El sabor es dulce de entrada, pero con un final más equilibrado. Siguen predominando las mismas notas (pan, tostada, caramelo, café).
Son cervezas que, como alternativa a la rubia amarguita, sientan bien para alternar. Cosa a la que ayudan sus bajos 4,7% ABV. Pero si las tuviésemos que beber a diario, acabaríamos aborreciéndolas un poco.
“Mi opinión en un Tweet:” Oscura, pero sencilla. Quizá demasiado sencilla. Nota: Suficiente.
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