Hoy comenzamos con un nuevo grupo de maltas de cebada: el de las llamadas maltas caramelo. Para elaborar estas maltas, tras el germinado, se somete al grano a una sacarificación. En este proceso el grano debe tener una humedad de entre 40-45% y se mantiene durante 1-2 horas a una temperatura de entre 70-90ºC. Después de la sacarificación se pasa al secado, en el cual la temperatura varía según la malta que se elabora, llegando hasta los 180ºC.
El primer tipo de malta caramelo del que vamos a hablar es el de las maltas Special Glassy. Quizá por este nombre no os suenen pero si os decimos Carapils, nombre con el que se comercializan, seguro que ya sabéis de lo que estamos hablando.
Estas maltas tienen un rango de color de entre 1-12 SRM. Son maltas que se preparan utilizando bajas temperaturas y alta humedad para que el resultado sea una malta pálida con un endosperma vítreo. No tienen potencial enzimático y su porcentaje en la receta no suele superar el 10%. Aportan un poco de dulzor a la cerveza final y ayudan a la retención de la espuma. También se conocen como maltas de dextrina por su aporte al cuerpo de la cerveza.
Dentro de este grupo vamos a ver maltas como esta, maltas con las que mejorar y aportar detalles a nuestra cerveza, maltas con las que elaborar poco a poco cosas más complejas. En definitiva, maltas con las que seguir jugando y ampliando nuestro conocimiento sobre este ingrediente tan importante en la elaboración.
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