De entre las cervezas de frutas belgas (habitualmente basadas en cervezas Lambic a las que se les añadían frutas para compensar su agresiva acidez) destaca una a la que, no sabemos si con ese fin, le han añadido limón.
Es una cerveza de la Brouwerij De Troch (autores de toda la gama Chapeau), de color ámbar amarillento, ligeramente turbia, y que presenta poca espuma, de color blanco.
El aroma es a salvaje y a espontanea, a brettanomyces y a madera, y a vete a saber cuántos otros microorganismos y levaduras que no sabemos identificar. En boca es acidulce. Sorprendentemente rica y compensada. No tan ácida como esperas. Sin ir más lejos, una Berliner Weisse es más alimonada.
Y es curiosa, deja en boca una sensación de querer beber más. De saciar la sed y a la vez crear una nueva. Por suerte sólo tiene 3,5% ABV, así que puedes beber todo lo que quieras.
“Mi opinión en un Tweet:” Más refrescante que una caña con limón. Nota: Bien.
Entonces es algo así como una shandy deluxe?
ResponderEliminarBueno, algo mejor. Y con un poco más de alcohol.
EliminarEntonces es posible que la busque en un futuro, gracias :P
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