Las cervezas belgas no dejan de sorprendernos. Los clásicos (las trapenses, abadías, “demoniacas” y tal) son valores seguros. Pero cuando sus nuevas microcervecerías deciden salirse del tiesto y hacer otros estilos de cerveza, hay veces que lo petan también. Esta es, claramente, una de esas.
Ya la probamos en un festival y nos dejó muy buen recuero. Así que cuando la vimos en botella, no pudimos menos que comprarla. Y nos encontramos con una Stout de estilo inglés, con sólo 4,3% ABV, pero con 45 IBUs debidos al uso de Simcoe y Citra.
En la copa es negra, espesa y opaca. Con una cabeza de espuma no muy abundante, pero oscura y compacta. El aroma es lupulado, igual que el sabor; pero tiene más cuerpo del que esperas y deja la boca llena de amargor cafetoso.
Una cerveza que demuestra que no se necesita mucho alcohol para hacer verdaderos birrotes, y que a veces, menos es más. Os recomendamos probarla si la encontráis, ya que merece bastante la pena.
“Mi opinión en un Tweet:” No dejes que te engañe, la Black Mamba no es peligrosa. Nota: Sobresaliente bajo.
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