Las cerveceras alemanas clásicas, como la Privatbrauerei Eichbaum, han visto rápidamente que el mercado demandaba productos de corte más moderno que los estilos tradicionales germanos, y han apostado, como es este caso, por hacer por ejemplo Session IPAs con lúpulos como el Vic Secret.
Claro, a lo mejor de primeras esto nos causa unas expectativas bajas, con solo 35 IBUs y 4,9% ABV. Pero es que es Session, ¿no? Ha de invitar a beber mucho. Y el aspecto, invita: dorada clara, brillante pero no limpia, sino levemente opalina. La espuma también está bien, blanca y de cantidad y persistencia media, esponjosa y pegajosa.
El aroma es fresco, con presencia del lúpulo cítrico y tropical aunque no muy potente (más bien escasa). Y el sabor consigue una de las cosas que nos gustan: estar en el punto de equilibrio casi perfecto entre el dulzor y el amargor, sin ser por supuesto tampoco potente.
Está claro que es más Session que IPA, pero además del equilibrio hay que destacar la limpieza en boca que tiene (con lo que los americanos llaman a veces “crisp”) pese a la inequívoca presencia frutal del lúpulo, y su final seco y refrescante.
Está claro que esta cervecera de Baden-Württemberg (fundada por un valón belga hace más de tres siglos) sabe lo que se hace, por eso se ha convertido en una de las principales productoras independientes de cerveza del país germano.
“Mi opinión en un Tweet:” Me monto en mi moto lupulada, aunque sea de poca cilindrada. Nota: Bien alto.
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