Cuando coges una botella y ves que la cerveza tiene 15% de volumen de alcohol, ya impone un poco de respeto. Es el triple que un botellín normal. Así que es probable que sientas curiosidad, la lleves a la nevera… y luego te cueste encontrar el momento de abrirla, que puedas asumir tal pelotazo. Aunque otra opción es compartirla, como hicimos nosotros…
La cerveza en sí es como una Triple o una Golden Strong Ale belga, pero con el giro de llevar una levadura de sake japonés que permite alcanzar esas extremas cotas de alcohol. El nombre también es japonés (se nota, ¿no?) y viene de la persona que se encarga de hacer de segundo durante el seppuku (lo que conocemos como hara-kiri) y decapitar al que se suicida ahorrándole la agonía tras haber cumplido su parte.
Al servirla, resulta engañosa. Es una rubia velada de aspecto normal, con espuma escasa pero compacta y pegajosa. Tiene un aroma herbal y fresco que nos recordó al de la Tripel Karmeliet. Y en boca tiene mucha malta, con notas de cereal y fruta, pero con mucha menor presencia del alcohol de lo que te esperas.
Eso hace que sea una cerveza muy peligrosa. No suicida… ¡asesina! Porque da para darle tragos largos y locos, cosa que con 15% vol. no debería ocurrir si quieres vivir un día más. Está tan buena que enseguida nos arrepentimos de haber abierto una para compartir… ¡Es para disfrutarla en solitario!
Así que estos de Verbeeck - Back - De Cock (con sus siglas VBDCK) han hecho un birrote máximo, de los que merece probar una vez en la vida y repetir de vez en cuando. Pero sí, asistidos por un hombre de confianza, no para que remate el trabajo, sino para que te lleve luego a casa al menos.
“Mi opinión en un Tweet:” Muerte por Kaishaku. Nota: Matrícula de Honor.
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