Lo primero que nos llamó la atención de esta cerveza de Sierra Nevada fue el tamaño de la lata. Nada menos que 19,2 onzas líquidas (americanas), que son exactamente 56,8 centilitros. Lo que conocemos como una pinta inglesa, de las de verdad. ¡Una medida muy poco habitual en lata y cada vez menos en los grifos de los bares!
Así que nos encantó, porque es nuestra medida de volumen favorita. Aunque tal vez para una Imperial IPA de 8,2% vol. de alcohol sea un tamaño un poco excesivo, y nosotros lo recomendaríamos en principio para cervezas más bebibles. Veamos si en esta se nos hizo largo o no…
Al servirla tiene buen aspecto, con un color ámbar claro profundo, algo velada, y con una espuma de color blanco hueso que tiene todas las características que esperamos de una buena espuma: es abundante, es densa y tiene buena persistencia.
Huele como recordamos que olían las Doble IPAs americanas, maltosas y lupuladas (sobre todo esto último) en abundancia. También tiene algo del carácter frutal (y dulce en boca) de las IPA modernas de la otra costa. Pero en boca vuelve a predominar el amargor con cuerpo maltoso como base. Resina y caramelo, respectivamente.
El espíritu americano que empapa esta Juicy West Coast DIPA es el mismo que anuncia el átomo a punto de fusionar todas esas experiencias en tu garganta y crear un pequeño apocalipsis nuclear en tu cerebro cuando te la bebas entera (que se puede). ¡Pero hay que arriesgar!
“Mi opinión en un Tweet:” No apta para menores de 21 años. Nota: Notable bajo.
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