El vaso del que os vamos a hablar hoy, el Snifter, es uno que el mundo de la cerveza ha “robado” al mundo de los licores. Tradicionalmente usado para beber cosas añejadas… en España lo conocemos como “copa de coñac”, aunque ya casi nadie beba eso, jejeje.
Su forma es casi esférica, con un pequeño pie, y cerrándose bastante en torno a la abertura superior. Esto permite aumentar la superficie de evaporación de la cerveza y concentrar el aroma en su amplio interior (de ahí su nombre inglés). Además, si necesita entrar en temperatura, se puede sostener con las manos para caldearla.
El tamaño puede variar, los hay grandes y los hay pequeños. Estos últimos son especialmente útiles cuando hay que compartir una cerveza. Y es que precisamente esta copa es ideal para estilos que sean especialmente alcohólicos y potentes.
Por ello, se suele utilizar principalmente para Imperial Stout, aunque también vendría bien para casi cualquier cosa que se apellide “Imperial” o para otras cervezas fuertes como las Barley Wine. Puedes agitarlo frente a la chimenea mientras piensas qué nombre de súper-héroe te ayudará a vengar la muerte de tus padres… pero recuerda que si lo agitas mucho matarás el carbónico y degradarás más deprisa la cerveza.
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