Hay un fallo que, como amante de la cerveza, tendría que arrugarte el corazón cada vez que lo ves: las burbujas agrupadas pegadas a la superficie interior del vaso, cuando te sirven o te sirves una cerveza. No, no demuestra que la cerveza tiene “buena carbonatación”, sino algo mucho peor.
Cuando las burbujas aparecen así, pegadas al cristal, significa que “algo” está sirviendo de punto de anclaje a la pequeña pompa de CO2 en la superficie. Y ese algo son restos de suciedad: polvo acumulado, un aclarado insuficiente, restos de usos anteriores…
Vamos, dicho de otra manera: si al servir la cerveza dentro del líquido se forman burbujas que se quedan pegadas al vaso, ese vaso estaba sucio (o al menos no del todo limpio). Para evitar esto (además de extremar cuidado con el lavado y la limpieza) es por lo que conviene remojar el vaso antes de servir la cerveza: limpiar la superficie de polvo o restos y crear una fina capa de agua que haga deslizar la cerveza.
En caso contrario, podremos ver estos grupos de burbujas adheridas a las paredes del vaso, aprovechando cualquier mota de polvo para hacerse fuertes. Lo puedes evitar como te hemos enseñado. No te extrañe si cuando lo hagas mal te mandamos a la PoliciaDelVasoLimpio ™ a tu casa. ¡Es por el bien de todos!
Buenísima esta publicación, está bien saberlo.. aunque ahora puede que cuando estés tomando algo en una terraza y te fijes en la burbujitas... Igual te lo piensas dos veces antes de dar el trago...jajaja
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