Esta ale tradicional inglesa está hecha con cebada orgánica de Norfolk y lúpulo Target, también orgánico. El agua es extraída de su propio pozo de 300 pies de profundidad. Y todo ello no hace que esta sea una de las mejores cervezas de su casa.
Tiene color rubio, paja dorado, un poco turbia debido a que está acondicionada en botella (es decir, con segunda fermentación), lo que le da una carbonatación suave. La cabeza de espuma es esponjosa pero leve, y desaparece rápido. En nariz tiene aromas suaves, frutales y a maltas y cítricos.
En boca es amarga, más seca y floral, con un postgusto terroso y persistente que, a nuestro parecer, la hace menos bebible. Y además, es medio litro.
Por lo tanto, esta cerveza orgánica, con tan solo 4,5% ABV, siguiendo los cánones ingleses, es una cerveza aceptable, pero de las más flojas (sin ser mala) de la gama. Los reconocimientos a sus maneras están bien… pero el resultado es mejorable.
“Mi opinión en un Tweet:” Hay mejores birras que beber, aunque esta es ecológica. Nota: Suficiente.
Estoy totalmente de acuerdo contigo.
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