Esta IPA americana (pero de fábrica inglesa, londinense para más señas) es una bomba de lúpulo “aliñada” con piel y zumo de naranja sanguina, con un equilibrio en boca que la hace especialmente peligrosa.
Nada más abrir la lata, notamos un intenso olor cítrico. La espuma es blanca, abundante pero no especialmente persistente. El color de la cerveza es dorado, ligeramente turbio. No la hemos podido contemplar mucho rato porque el olorcillo a fruta que subía obligaba a pegarle un buen trago.
El sabor no decepciona: amarillo y citra en su máximo esplendor. El zumo y piel de naranja sanguina andan por ahí pero solamente redondean el cuerpo, no tienen una presencia destacada. De todas maneras no hace falta, ya que la patada lupulera te da toda la fruta que necesitas. La base maltosa no está hecha para destacar, pero se integra a la perfección en el conjunto, dando un acabado ligeramente dulce y sedoso.
Tras beber más y más, nos hemos dado cuenta que es una IPA de perfil alcohólico alto (7,2%ABV). Pero que está tan bien integrado que no se nota. No sabemos si esto es bueno o malo... de acuerdo, sí lo sabemos, es bueno. No, en realidad es excelente. Además, su amargor perfectamente mesurado la hace una cerveza de no parar de beber. ¡Y casi seguro que cuenta como una de las 5 piezas de fruta al día!
“Mi opinión en un Tweet:” Habría sido una buena bebida oficial del Mundial 82. Nota: Sobresaliente.
UFFFF, SEGUNDA RESEÑA ESPECTACULAR QUE LEO DE ESTA NARANJITA, SE ME HACE LA BOCA AGUA JAJAJAJA. HABRÁ QUE PILLARLA.
ResponderEliminarUN SALUDOLLLLL!