La verdad es que de un tiempo a esta parte nos cuesta escribir sobre los festivales o ferias cerveceras que asistimos. Un poco porque al final todas las entradas acaban pareciéndose entre sí, un poco porque cada vez podemos mover nuestro culo a menos sitios, y un poco porque cuando vamos, muchas veces, apenas estamos más de un par de horas.
Pero esta vez ha sido diferente: estuvimos en el BeerMad una noche, una jornada entera (agotadora y con mucho alcohol) y una mañana. Así que al menos material no nos falta para escribir. Pero nos faltaba la motivación. Y esta ha llegado al leer otros comentarios sobre el evento, ya que creemos que hay muchos puntos que no se han tratado.
Por ejemplo, en el listado de cosas bien hechas, he leído mencionar la amplitud del recinto (y que esté cubierto), los baños, la comida –con alguna excepción con mala relación con el precio-, la gran asistencia de público, la oferta cervecera variada y de precio aceptable, y las opciones de transporte.
Completamente de acuerdo. Pero se olvidan de mencionar la limpieza de las mesas (constante), la buena disposición de los puntos de venta de vasos, la facilidad de poder comprar botellas (por estar a cubierto y tener un horario tan amplio y largo), o, precisamente, el tener ese horario para facilitar el acercarte.
Por otro lado, en el lado de las cosas a mejorar, estamos de acuerdo en los más comentados: que el horario de cierre es un poco pronto (aunque imagino que venga impuesto por el recinto), los límites de aforo (otro tanto de lo mismo, pero es que además puede ser una ventaja: no sentirse apachurrado), los lavavasos (que estaban muy bien, pero escasos y a desmano) o la cantidad y calidad de los elaboradores.
Este punto merece detenerse: puede ser que con menos elaboradores cada uno toque a más “pastel” de público. Pero también tocarían a más “cuota” de pagar. Nosotros preferimos que haya 40 que 20. Pero es verdad que haya los que haya, TODOS han de ser buenos. No vale que haya birras malas (ni si apuras, mediocres) en un evento diseñado para dar a conocer la cerveza artesana al público general.
Claro que hemos de confesar que nosotros no bebimos nada que no pudiésemos acabarnos, jejeje, pero es que fuimos siempre a lo seguro, bebiendo muchas cosas que ya conocíamos o en las que se podía confiar: Tyris, Pirata, Villa, CCVK, Monkey, Guineu, Founders, Yria, Brew&Roll, Brewdog, Greyhound, Arriaca, Freaks, Mala Gissona, Panda y La Sagra. Como podéis ver, no nos salimos del tiesto, todo estaba muy rico y no nos dieron sustos. ¡Pero seguro que a muchos sí! Y eso es algo que se ha de corregir sin falta.
Nos alegra ver que se empieza, en otros medios, a hablar con nombres propios de los que sirven cosas en mal estado en las ferias. ¡Hace años nos echaban a los perros por hacerlo! Nos alegra ver que se han dado cuenta por fin los demás de que es algo que el sector debería de agradecer y fomentar: la sana autocrítica evita que los casos malos se conviertan en reincidentes. Muchos de los productores que mencionan en este caso, ya estaban en el anterior; si se hubiesen mencionado en la primera, tal vez lo hubiesen corregido (o no estarían en la segunda).
Lo que no va a hacer “mejor” la feria es por traer a productores de lejos. Lo que importa es la calidad, no la procedencia ni el renombre. Por mucho que me guste Flying Inn, por poner una marca de moda y de nuestra tierra, la feria no va a ser mejor porque vayan. ¡Hay cosas del nivel en Madrid! Y posiblemente atraiga más gente una marca local, aunque menos friki. Hay que recordar que estas ferias grandes son para el público, no para los cerveceros. ¡Pero tenemos que lograr que ese público se interese por ser un poco friki, paso a paso!
Pero bueno, dejemos el tema de los elaboradores y vamos a más cosas a mejorar: donde… ¡casi nadie menciona los olores! Dios mío, la comida debería hacerse completamente al aire libre, lejos de donde está la gente bebiendo o viendo el concierto. ¡Que olor a fritanga según dónde! Y, hablando de conciertos… si te pillan lejos, guay. Si no, aunque no te gusten… te toca “comértelo”. Nos gustaba más la disposición en un recinto como en la primera edición.
Aun así, finalmente, sin duda los puntos a favor superan a los contras, y con esta segunda edición el BeerMad se convierte automáticamente en el gran evento cervecero de Madrid más longevo (con dos ediciones en 2017, frente a una de AMCA 2012 o de Thielmanns 2014). ¡Y esperamos que haya una tercera!
Y, si para esa se quiere hacer cosas para un público más experimentado cerveceramente hablando, nos parecería genial. ¡Cuantas más actividades divulgativas se hagan, pues mejor, que nosotros también tenemos mucho que aprender! Por lo que, como siempre, nos ofrecemos a colaborar (proponemos, como no, hacer una jornada para blogueros cerveceros).
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