Desde Alemania nos llega la cerveza “blanca”, de trigo, de esta marca de cervezas bávara tan reconocible por sus siempre visibles ciervos en la etiqueta. En este caso, un ciervo blanco como la nieve, que daría para protagonizar una leyenda de Bécquer o un trozo de El Hobbit.
Pero aquí hablamos de cerveza, no de literatura, así que menos hablar (o escribir), y al tema. La cerveza es de color amarillo anaranjado, turbia por la levadura. Genera una abundante cabeza de espuma de color tan blanco como el ciervo de la etiqueta, compacta y duradera.
El aroma recuerda a pan y a plátano. Y el sabor es ligero, de entrada fácil, aunque ligeramente picante. Esta sensación se ve acrecentada por la fuerte carbonatación que tiene la cerveza. Pero deja un final dulce bastante sabroso. Y sólo tiene 5,2% ABV.
La verdad es que el trigo alemán es un estilo que a los bávaros se les da bárbaro, donde no hemos encontrado ninguna cerveza de corte clásico que no se pueda beber, y sin embargo es difícil de mejorar por las marcas “nuevas”. Así que ésta da la talla sobradamente.
“Mi opinión en un Tweet:” No hace falta perseguir ciervos blancos para encontrar un buen destino. Nota: Notable.
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