Como ya sabréis, esta sección busca reforzar la biblioteca de aromas que debemos almacenar en nuestra mente (o en nuestra nariz, vamos) para poderlos reconocer cuando catemos una cerveza. Y, como la cerveza se hace a base de cereal en cierta manera “tostado”, es muy habitual tener que identificar aromas relacionados.
Muchas veces identificaremos cosas que se elaboran con cereales (o harinas) y que luego se tuestan. Como el olor a galletas. Este se debe a la formación de piridinas durante las reacciones de Maillard en el proceso de malteado de la cebada.
Por lo tanto lo encontraremos sobre todo en las cervezas que utilicen los tipos de maltas que más producen estos aromas (o sea, la malta melanoidin y, por supuesto, la malta tipo “biscuit”). En cervezas como las Brown o las Dunkel pueden ser muy habituales, como en las Pale Ale más complejas.
Y para aprender a reconocerlo es tan fácil como abrir la caja de galletas de la abuela. Salvo que esté llena de los ajuares de coser, el aroma a galleta de los diferentes tipos de galletas del supermercado nos ayudará a entenderlo cuando nos lo encontremos en una cerveza.
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