Nos comentaba hace poco un lector que esta era, de toda la variedad de cervezas del Dragón Dorado de Gante, su menos favorita. Y picados por la curiosidad rebuscamos entre nuestras notas y nos abrimos una para darle un tiento y poder opinar.
Porque en general, las cervezas que se elaboran desde la Brouwerij Van Steenberge son todas de nuestro gusto. A ver, alcohólicas y maltosas. Es verdad que cada vez llevamos peor las resacas, pero el gusto adquirido no se pierde, y las cervezas belgas nos pirran mucho. ¿Qué le vamos a hacer?
Esta, como principal diferencia, es que añade a la receta el uso de maltas ahumadas (tradicionales, ya que antes toda la malta se secaba al fuego y por tanto al humo). Y aunque en aspecto no se nota, ya que sigue siendo una cerveza de color marrón rojizo (o rubí oscuro, profundo) con su espuma de color hueso (esponjosa y de cantidad y persistencia medias), en la cata es otra cosa…
Ya en nariz destaca el ahumado, con esas notas que nos recuerdan al beicon, pero también hay algo de hueco para las maltas más clásicas y sus aromas a caramelo. En la boca destaca (aquí si que marca más diferencia) el amargo frente al dulce, y se nota como siempre el alcohol (con sus 10,5% vol.) y como novedad, el humo.
Sí, está claro que esta Gulden Draak es diferente y no tiene por qué gustar al que ame la clásica. Pero es interesante y diferente… aunque un pelín demasiado intensa, al añadir un factor fuerte a una birra ya de por sí potente.
“Mi opinión en un Tweet:” Pero a Ron Swanson le encantaría, si no fuese porque viene de Europa. Nota: Bien.
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