Mega-Super #FFdA Acumulado (Edición 8ª)

El #FFdA (Finde Fondo de Armario, para los amigos)… ese bonito evento inter-bloguero planteado por Birraire para buscar una excusa con la que vaciar nuestras despensas y armarios de cervezas que cogen polvo y no acaban de encontrar la ocasión de abrirse.

En la edición pasada, abrimos varias birras con el nexo en común de haber sido todas las cervezas embotelladas en 2008 (con resultados explosivos). Y esta queríamos superarnos, claro. Por lo que desempolvamos cervezas que habían estado acumuladas en el bar Suco (cerrado hace ya casi un año) y que se habían ido caducando expuestas en sus baldas o en el fondo de su almacén; y, como homenaje a sus 25 años de historia, nos las hemos bebido.

Así (y haciendo un poco de trampa, ya que sólo una de las quedadas ha sido en el propio #FFdA, que otras las hemos ido catando y anotando anteriormente) hemos bebido unas cuantas cervezas de estilos dispares y fechas variadas, que pasamos a comentar brevemente por sus nacionalidades.

Venidas de Alemania probamos una Weihenstephaner Korbinian (fecha de consumo preferente del 11-5-12) que resultaba dulce, empalagosa y algo peleona. También catamos dos cervezas de trigo sin alcohol: la Schneider Tap 3 (30-7-14) que estaba sorprendemente rica, sin defectos apreciables ni fallos, y la Weihenstephaner Alkoholfrei, que habiendo aguantado más o menos bien, ya perdía espuma y presentaba olores desagradables a gallinero.

Desde España probamos dos Casasola: la Silos (12-11), que había aguantado bastante bien -hasta estaba más rica de lo que la recordábamos por entonces, cuando empezaban- y la Benedictina (8-12), que esta sí que estaba agotada -sin espuma y oleosa-. También bebimos una Vier IPA (4-14) que había perdido los aromas y sabores del lúpulo, pero cuyo amargor aguantaba, y una Gara (también del 4-14) que había aguantado muy bien, melosa y dulce, con su tapón mecánico.

Entre las cervezas inglesas que hemos rescatado había una lata de John Smith (31-5-14) que no estaba mal, pero que olía a picado; una Samuel Smith Taddy Porter (7-12) que había perdido cuerpo y gracia, pero sacado tonos a cuero y jerez; una Samuel Smith Organic Chocolate Stout (7-14) que había mejorado con el tiempo, redondeando el cacao un poco; una St. Peter’s Christmas (18-9-14) que había oxidado ya un poco, con olor a caballo, pero aceptablemente bebible; y una Porterhouse Celebration Stout (15-3-12) más seca y ahumada, que estaba muy buena, pero que nos gusta más “fresca”.

De otros sitios nos había llegado una Mikkeller Jackie Brown (6-2-15) que había perdido el lúpulo y se había quedado en algo mediocre y sin gracia; una Emelise IRS (9-14) que mantiene todo bien puesto en su sitio; y un par de latas de Biera Corsa Pietra (23-8-14) y de Gulpener Gladiator (15-8-13) que nos confirman que este envase tiene muchas ventajas, pero que el almacenamiento a largo plazo no es una de ellas.

Y traídas en su momento desde Bélgica teníamos un par de cervezas de frutas: Una Chapeau Framboise (10-7-11) super golosa en boca, masticable, pero algo agriada en aroma; y una Liefmans Frambozenbier (7-17, no caducada por fecha aún, pero que lleva en nuestras despensas más de 7 años) que no ha aguantado tan bien, y la acidez era más tosca y el aroma peor. También teníamos una Kapittel Pater (1-14), bastante oxidada, y con notas nada agradables a jerez y cartón.

Y por último, recopilar todas las cervezas trapenses que había y que cayeron en varias de las catas, como la Orval (9-3-2011), extremadamente seca y fina, como vino espumoso; o la Achel Bruin (19-10-12), que estaba más oscura y gasificada, y no había mejorado demasiado.

Pero sin duda la mejor experiencia fue poder abrir tres cervezas trapenses triples a la vez y compararlas: Una Trappe Tripel (11-14) que no había sufrido mucho cambio; una Chimay Blanca (10-11-13) que estaba muy rica, con aromas a panadería y sabores afrutados y achocolatados, dulce y compleja; y la que ha sido la mejor -y más “añejada”- de toda: una Achel Blond (con fecha de consumo preferente del 4-2-10) que olía a uva, a bizcocho, a miel y a shake, siendo en boca mucho más intensa que una joven, con calidez alcohólica y regusto a maderas y orujo.

Y con esto, acabamos (ilustrando con algunas de las etiquetas) la entrada para este #FFdA. Pero ¿sabéis qué es lo mejor? Que aún nos queda otra cajita al menos de cervezas rescatadas del bar, así que iremos haciendo más experimentos de estos para el próximo evento.

2 comentarios:

  1. BUFFFF, CATA EXTREMA, QUE PELIGROOO JAJAJJA ¿EN CUANTAS DE ESTAS CATAS ACABASTEIS EN EL BAÑO? JAJAJAJA.
    ¡UN SALUDO CHICOS!

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    1. Ninguna, ninguna. Cervezas en el fregadero, unas cuantas (tras haberlas probado y ver que no aportaban demasiado al paladar). Pero peleas por llegar a la taza: cero.

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