Entre las cervezas que suelen acabar en nuestra nevera, las de importación que se encuentran en los grandes almacenes o superficies se repiten a menudo. ¡Y esta marca, una de las más antiguas del mundo, es una de nuestras favoritas!
Por eso, cuando vimos la Pilsner de este monasterio alemán, no pudimos resistirnos. Una cerveza de una fábrica con el doble de años, casi, que la ley de la pureza a la que ahora obedece (esta desde 1516).
Es una cerveza sencilla, rubia dorada, limpia y espumosa. El aroma es a cereal y lúpulo floral (tiene Herkules, Perle y Tradition), y en boca es equilibradamente amarga, con un toque seco y áspero.
Repetimos: una cerveza sencilla, de 4,9% ABV, que precisamente gracias a ser algo sencillo, se aprecia doblemente el que esté bien hecho. ¡Por lo que no dudéis en beberla si la encontráis! Pero tened bien claro qué es lo que vais a encontrar en la copa, cuando la bebáis fresca (que no fría).
“Mi opinión en un Tweet:” Una Pils bien hecha. ¿Necesitas algo más? Nota: Bien alto.
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