Viendo las noticias de los disturbios raciales en EEUU nos hemos acordado de una magnífica película de Spike Lee del año 1989, “Haz lo que debas” (Do the right thing), una obra coral con Danny Aiello (La escalera de Jacob, El Gran Halcón, El Profesional), John Turturro (Barton Fink, El Gran Lebowski, Transformers) o Samuel L. Jackson (Pulp Fiction, Shaft, The Avengers). En las dos horas que dura el metraje vemos cómo va pasando el día más caluroso del verano en una calle de Brooklyn y cómo a medida que sube la temperatura lo va haciendo la tensión entre los vecinos.
Pero a nosotros nos llama la atención una pequeña secuencia protagonizada por Da Mayor (El alcalde), un hombre mayor que pasa la mayor parte del día borracho pero que es la voz de la razón y la experiencia y que reparte sabiduría en pequeñas dosis (como cuando da el consejo que pone título a la película al propio director quien interpreta el papel de Mookie).
Con el primer dinero que gana por la mañana barriendo la entrada de la pizzería “Da Mayor” va al comercio regentado por unos coreanos a por su Miller High Life habitual, pero le dicen que ya no la tienen. Cuando los dueños de la tienda le dicen que coja cualquiera de las otras cervezas que hay en la nevera, Da Mayor, con tanta ira como impotencia, tiene una de esas frases que nos hace reflexionar: “Es mucho pedirle a un hombre que cambie su cerveza”.
Seguro que conocéis a gente que es no es capaz de salir de su zona de confort cervecero, enganchados a una marca y que, como El Alcalde, se cierran a beber otra cosa que no sea su variedad de referencia. En pocos segundos Spike Lee nos ha mostrado como aún las personas más respetables pueden perder la compostura por una cuestión tan aparentemente trivial como renunciar a su marca habitual, presentando a un personaje con contradicciones internas como todos nosotros.
Extra: En la película finalmente El Alcalde acaba cogiendo otra referencia de Miller (una Miller Lite), dejando en el frigorífico la Boston Lager, seguramente por cuestiones de marketing porque en el guion original la cerveza que pedía era una Budweisser y se llevaba otra de una marca desconocida.
Los cambio de rutina hacen confundir a los profetas. JM
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