La cerveza Nastro Azzurro, elaborada por Peroni (pero que en Italia se vende sin el nombre de la productora delante) es la cerveza italiana más vendida en el extranjero. Por lo tanto es posible que algún día la hayas probado, aunque solo sea por curiosidad de haberla visto en un lineal o en el restaurante italiano de turno.
Si lo habéis hecho, ya sabéis que con estas marcas “más conocidas” de otros países, al final lo que encuentras son Lagers tan parecidas entre sí con la del país de al lado (salvo en este caso, que compares Italia con Alemania) que apenas son distinguibles. Y esta no iba a ser menos en la tradición.
Una rubia clarita y limpia, con su cabeza blanca de espuma, no muy abundante. Vamos, un poco como cualquier otra rubia española, portuguesa o griega. Y a nivel organoléptico pues tampoco va mucho más allá, aunque tampoco es mala, ojo.
Tiene su toque lupulado en nariz, con notas herbales y a campo. Pero es verdad que luego en boca quedan eclipsadas por un dulzor maltoso menos grato, en el que se nota el maíz que lleva en receta. El final es un poco más seco, lo cual se agradece.
Tiene 5,1% vol. de alcohol, por lo que está en la media de su gama. Y bueno, con una pizza seguro que está rica… pero… ¿qué no está rico con una pizza? Aun así, no nos parecería mal plan si te traes un par de pizzas romanas grandes y cuatro botellines de esta.
“Mi opinión en un Tweet:” La cinta azul debe ser un premio a las cervezas mediocres. Nota: Suficiente.
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