Lo primero que te hace pensar esta cerveza es… ¿pero las birras llevan azúcar? Y, bueno, la respuesta es compleja, ya que en principio lo normal es que no, sobre todo los estilos alemanes… pero hay estilos que sí, como los belgas. La ley española permite usar otros productos amiláceos o también azúcares, siempre que al menos el 50% sea malta de cebada.
Pero en este caso, el nombre de la cerveza representa una alegación “saludable” análoga al sin azúcares que se puede decir si el producto no contiene más de 0,5 g de azúcares por 100 g o 100 ml. Lo que en la cerveza hace que casi todas las cervezas ligeras pudiesen ponerlo, en la práctica.
Esta, por ejemplo, es una rubia de solo 3,7% vol. de alcohol. Y tiene un bonito color dorado, limpio y profundo. Además de una espuma blanca compacta y pegajosa, que remata adecuadamente la copa.
En aroma no se diferencia especialmente de otras de la marca o de otras Lager que puedes encontrar: bastante maltosita y caramelosa. En boca pasa un poco lo mismo, pero realmente es amarga y seca, entendemos que porque está bastante atenuada (o sea, casi todos los azúcares se han transformado en alcohol).
Buscando en internet su información nutricional (que, dado que lo destacan, creemos que debería incluirse impresa en el etiquetado) vemos que tiene 1,3 gr/100ml de hidratos de carbono, de los cuales solo 0,11 son azúcares. Así que sí, es más bajo que la media de las cervezas. Tenedlo en cuenta por si tenéis que medirlo tan al dedillo.
“Mi opinión en un Tweet:” También la gente se sorprende con las cervezas “sin lactosa”… ¡y luego resulta que las hay con! Nota: Bien.
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