De las cervezas trapenses (que, recordemos, son abadías que hacen la cerveza en el interior de sus muros y que hay siete productoras de cerveza que lo cumplen y pueden llevar el sello) esta es la marca que se fabrica no en Bélgica sino en Holanda.
Pero el estilo de esta variedad es el de la clásica cerveza tostada de abadía belga de nivel medio, o, para los amigos, Dubbel. (No confundir, por favor, con la cerveza Duvel, que es una marca y modelo concreto con poco o nada que ver).
El color es marrón rojizo, oscuro y denso, con mucha espuma pero esponjosa y de poca duración. El olor es muy leve y dulzón, levemente afrutado. El sabor comienza dulce y con recuerdos a café y caramelo, y tiende al amargo y al licor (cuando se hace notar el 7% ABV).
Los propios monjes recomiendan servirá en copa tipo cáliz y a 10 – 14 ºC y acompañarla de sopas fuertes (aquí en España, de sopas de ajo) o de carnes (ya sean fritas, asadas o embutidos).
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