Seguro que a estas alturas ya se ha dicho mucho… pero hay que felicitar a los organizadores del BBF; fue todo un éxito. Y no todo el mundo hubiese apostado por ello ni se volcaron en apoyarles como sin duda lo harán el próximo año. Claro que hay aspectos a mejorar, pero en mi opinión, todos menos uno son perdonables por ser la primera edición.
Lo que no se puede consentir es la falta de agua (ni en lavabos ni para lavar o limpiar los vasos). Eso me tocó hondo. Pero dejémoslo para la siguiente entrada y centrémonos en esta en los aspectos a destacar, que son muchos:
La atención (siempre tenían un momento para todo el mundo), la comunicación (gran campaña), las redes sociales (con diversificación y cuidado), la implicación (de tantas personas), el estilo del festival (poniendo la importancia en el producto y no en la marca), las moneditas (ahorrando tiempo y esfuerzo) y (aunque se decidiesen casi a última hora y ellos no quedasen del todo satisfechos) las acreditaciones (útiles para relacionarse entre profesionales).
Otro aspecto que permaneció “oculto” al público y que me sorprendió fue el sistema de grifos, hecho por Salva, técnico en la materia, y que contaba con 4 formatos diferentes de serpentín, para tener grifos más “fríos” o mas “calientes”, buscando adecuarse a las necesidades de cada cerveza. Obviamente la diferencia era sólo de unos pocos grados centígrados, y no siempre era suficiente, pero pensar siquiera en hacer esto en una instalación “temporal” me parece un ejercicio de amor a la cerveza digno de mención.
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