Durante unos años, esta cerveza fue la cerveza más fuerte que podías encontrar. Antes de la carrera armamentística germano-escocesa. Antes de la Tokyo*. Antes de todo esto, esta cerveza de la Brasserie Grain d' Orge era la que bebías para llevar al límite la graduación hasta sus 13% ABV (aunque antes incluso, cuando la fabricaban desde la Brasserie Jeanne d'Arc, tenía más, tenía un 15%).
Aún así, incluso en el siglo XXI, 13 grados es un buen puñado, y marcan el carácter de la cerveza de cabo a rabo. No en su color ámbar, pero sí en su poca espuma y su burbuja fina y lenta.
Y en su aroma leve pero muy alcohólico y licoroso (quizá hasta demasiado). Y, claro, en su sabor. Sabor a rayos y truenos y fuego en la boca. Es ardientemente dulce y afrutada y quema como el napalm con tanto alcohol la lengua, el paladar y el esófago.
Nos parece bien querer hacer una cerveza alcohólica, pero debe estar equilibrada con el resto de sabores e ingredientes. Y esta no está, salvo que su ingredientes sean malta y fuego del infierno.
“Mi opinión en un Tweet:” Una cerveza para payasos y tragafuegos. Nota: Insuficiente.
La Tokio* original tenía 'sólo' 12,5%. Luego le metieron esteroides y la subieron a 18.
ResponderEliminarYo tuve la suerte de poder probar la original y la nueva a la vez y prefiero la receta original, aunque la actual es también es excelente.
Totalmente de acuerdo, mucho nombre y pocas nueces!
ResponderEliminarno sabes si son cervezas o alcohol, pienso que una cerveza no tiene que pasar de un cierto grado, que os parece ?
ResponderEliminarTodo es cuestión de gustos, a mi parecer es una muy buena cerveza.
EliminarLa tengo para probar, la encontré
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