Como ya os avanzábamos y continuando con el grupo de maltas de cebada con un proceso de malteado estándar, hoy os vamos a hablar de una malta que recibe su nombre de una importante ciudad alemana en la cual se celebra la archiconocida Oktoberfest, Munich.
Esta malta tiene una gama de color muy amplia que va desde 3-20 SRM. Esto es debido a que tiene multitud de versiones pero que difieren en la temperatura de tostado que se emplea, de ahí la diversidad de color. Su potencial enzimático es más bajo que en la malta Vienna, aunque a pesar de ello se puede emplear como malta base porque es capaz de modificar casi todos sus azúcares por si sola.
La malta Munich aporta a la cerveza un sabor y aroma maltoso muy marcado que varía un poco según la versión. Las versiones con menor tostado son más refinadas y sutiles y en cambio las versiones más tostadas son más contundentes.
Junto con la malta Vienna es base en el estilo Märzen, como ya comentamos, y también es muy común, en pequeñas cantidades, en las cervezas Pale Ale. Pero esta malta no se limita a ningún estilo y es una malta muy valorada por todo aquel que elabore cerveza, ya que un bajo porcentaje en la receta ayuda a remarcar el perfil maltoso en la cerveza que queramos elaborar. Por todo esto os recomendamos tener siempre algo de Munich en vuestra despensa para darle ese toque maltoso a vuestras cervezas, que probéis las diferentes versiones que os ofrece y juguéis con ellas. No la releguéis solo al mes de Octubre, disfrutadla todo el año.
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