Llamada así, simplemente IPA, la IPA más básica de la danesa Amager podría parecer sencilla de explicar: es IPA, y es amarger… digo… Amager… digo amarga. Pero como pagamos a los becarios por palabras (en latigazos), pues se han enrollado un poco más.
Lo primero que se sale de lo sencillo es el color. De “pale” tiene poco; es más bien rojiza, incluso caoba. Desde luego, más oscura de lo que esperábamos. La espuma (de color hueso) es abundante, compacta y duradera.
El aroma es intenso a lúpulo (pino, cítricos y afrutado), con matices de caramelo y malta. Pero en boca es abrumadoramente amarger… digo… Amager… digo amarga. Todo el lúpulo (Simcoe, Amarillo y Cascade) se deja notar sin pausa y sin dejar mucho hueco a la malta. A saco el lúpulo.
No nos parece tan falta de equilibrio como su Wookie IPA, pero esta cerveza de 7% ABV solo la recomendaríamos para paladares que ya han superado el corte de English IPA y de American Pale Ale. Antes, puede resultar contraproducente.
“Mi opinión en un Tweet:” Las IPAs modernas no son las IPAs de nuestros padres. Nota: Bien.
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