Siguiendo con el repaso a los tipos de vasos más utilizados en el mundo cervecero (y tras hablar de la pinta inglesa y del de trigo alemán), nos toca mencionar otro básico entre los básicos: la copa de cáliz. ¡El santo grial de las cervezas de abadía belgas!
Son copas con pie resistente, de embocadura ancha y abierta, que permiten que se cree una buena cabeza de espuma (ya sabéis que las cervezas belgas suelen tener una carbonatación potente), además de potenciar los sabores más maltosos (y permitir que los aromas fluyan rápido, no los concentran).
Tradicionalmente, se asocian con estilos de cervezas de abadía: Dubbel, Tripel, Quadrupel… pero también se suele usar para las versiones más “normales”: Blonde o Brune. Sobre todo con las cervezas de abadía de-toda-la-vida o con las cervezas trapenses.
Fácil de conseguir (con las promociones, precisamente de las trapenses, en los supermercados), nos gusta porque puedes agarrarlo desde la copa o desde el pie, resultando cómodo y elegante (y si no tienes, una copa tipo Borgoña –las mal llamada de balón, para los gintonics- sirve como sustituto).
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