Podéis pensar: ¿No decíais que en estas fechas os dedicabais a reseñar cervezas de Navidad? ¿Qué hacéis hablando de una Schlenkerla? Bueno, pues que esta, la Urbock, es su cerveza estacional de invierno. ¡Y cada tradición tiene sus cervezas típicas para combatir el frío!
Por ejemplo, esta que nos llega desde Bamberg, es un poco como la hermana mayor de la Märzen (léase “mertsen”). De color marrón rojizo oscuro, limpio y sin turbidez. La espuma es esponjosa, de color hueso, abundante y con buena persistencia en el vaso.
El aroma es, obviamente, ahumado, claro. Pero ahumado de madera y hoguera, no algo desagradable. Un poco recuerda a la cecina o al beicon. La malta que hay detrás deja recuerdos a caramelo. Y en boca pasa lo mismo: humo y dulzor en abundancia.
Con sus 6,5% ABV es bastante más intensa que la Märzen (léase “mertsen”), y aún más contundente si es posible. Por eso la elaboran en verano y madura durante meses hasta noviembre y diciembre, cuando se sirve desde sus barriles de roble o se embotella.
“Mi opinión en un Tweet:” Una barbacoa invernal líquida, lista para beber de la fogata. Nota: Notable.
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