Otra vez estamos ante algo que, más que un estilo, es una categoría de cervezas: aquellas a las que su contenido en alcohol se ha reducido por debajo del 0,5%, mediante técnicas como la fermentación controlada o la ósmosis inversa, entre otras. Las ventajas son innegables, ya que no emborrachan y además tienen menos calorías. Pero… ¿Qué ocurre con el sabor?
Bueno, pues hay de todo, como en botica. Algunas se parecen bastante a los estilos de cerveza en los que se basan (como las de trigo alemán o belga) y otras no se ajustan a lo que espera un acostumbrado bebedor de cerveza. Pero, por ejemplo, nosotros solemos beber la Weihenstephaner Hefeweissbier Alkoholfrei, que está tan buena como su hermana con y es una de las mejores cervezas sin alcohol que hemos probado.
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